Es un problema crónico que se produce siempre que llueve con cierta intensidad, lo que hace suponer que se debe a la inexistencia, insuficiencia o conservación defectuosa de los colectores que deben recoger el agua de lluvia. Sea la causa que fuera, es una incomodidad que los usuarios deben soportar ante la absoluta desidia del Ayuntamiento, que tiene que conocerlo y en estos seis años triunfales no lo ha solucionado.
No es el único punto de la Ciudad que sufre estas deficiencias. Por citar otro ejemplo, después de la renovación de la capa de rodadura en la zona del mercado en las calles San Andrés, Martínez Villergas y San Pablo, se forman también auténticos ríos de agua que impiden cruzar la calle a los peatones, además de las salpicaduras que con frecuencia sufren si algún vehículo circula en ese momento, si no son empapados completamente.
Son claros ejemplos de problemas que existen desde hace ya varios años, sin que este Ayuntamiento haya hecho nada útil para resolverlos. Por eso, pedimos un plan integral que contemple la solución progresiva de los embalsamientos de agua en las calles de la Ciudad.