Un palentino inventa las mascarillas sin gomas

"​Notas que tira un poco, pero es muy suave. Son muy cómodas. Para que os hagáis una idea, me ha pasado de ir a beber y no darme cuenta de que tengo la mascarilla”
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Mascarilla



José Miguel Tirado Mediavilla no aguantaba llevar mascarilla porque las gomas le resultaban muy incómodas. En una entrevista con El Norte de Castilla, explica que, en el trabajo, le costaba “horrores” concentrase. “Estaba todo el rato pendiente de que no me hiciera daño y moviéndolo”, recuerda. Un problema que comparte con muchas otras personas que, tras una larga jornada de trabajo con la mascarilla puesta, sienten dolor en las orejas debido a la presión ejercida por las gomas.


Un día se le ocurrió quitarlas y crear una innovadora y cómoda técnica para colocarse la mascarilla. “Consiste en quitar los cordones y los puentes de las mascarillas para colocar unos adhesivos”, cuenta José Miguel, natural de la pedanía de Baños de Cerrato, en Palencia. En concreto se trata de “cuatro puntos adhesivos, con propiedades diferentes en cada una de las caras”. “En una de ellas se sujeta muy fuerte a la mascarilla y la otra tiene propiedades que evitan las alergias, el daño a la piel y permiten que se pueda retirar y poner sucesivas veces de la forma más cómoda posible”, explica el palentino.


Lo mejor de esta idea es que los adhesivos se pueden colocar en cualquier modelo de mascarillas utilizadas habitualmente, ya sean quirúrgicas, higiénicas o FFP2. Suelen ir colocados en las esquinas inferiores y en las superiores, o en la zona más cercana a la nariz para que no molesten y la mascarilla quede bien ajustada. El palentino asegura estar “muy contento” con esta idea, que empezó “con una cosa muy sencillita, que parecía prehistórica, hasta que ha ido evolucionando”. “Notas que tira un poco, pero es muy suave. Son muy cómodas. Para que os hagáis una idea, me ha pasado de ir a beber y no darme cuenta de que tengo la mascarilla”, detalla orgulloso.


Además, destaca que esta forma de colocar la mascarilla soluciona otro de los problemas más extendidos entre la población. Su perfecto ajuste a nuestro rostro es un alivio para las personas que llevan gafas, ya que evita que el aire se escape por arriba y se empañen los cristales. José Miguel cuenta que lleva “mucho trabajo” crear algo así porque hay que probar diferentes adhesivos para comprobar cuál resulta más eficaz. Es un proceso de unos o dos meses, como lo que ha tardado él.


De hecho, reconoce que aún no ha terminado porque trata de mejorarla. En este sentido, explica que solo ha hecho pruebas porque quiere estar seguro de que su creación funciona y es segura para quien la use. No obstante, sí ha presentado ya una solicitud para que se apruebe: “En este momento, en el proceso de solicitud, hay una oposición de una persona que cree que se parece a la mía. Yo discrepo. Estamos en ese punto, a ver si sale adelante”.