UPL presenta una enmienda a los presupuestos autonómicos para la tercera fase de Zamora Románica

​La formación leonesista considera que los 23 templos románicos “requieren de una atención que comprenda mantenimiento, conservación y restauración en la medida de las necesidades”.

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Unión del Pueblo Leonés (UPL) ha presentado una enmienda a los presupuestos autonómicos, con el fin de que se ponga en marcha la tercera fase del proyecto Zamora Románica. Iniciado en el año 2008, significó una transformación de los templos zamoranos, muy degradados por el paso del tiempo. 


“Si bien para algunos supuso una rehabilitación integral, de gran magnitud como el caso de Santiago el Burgo, para otros apenas consiguió un simple lavado de cara con intervenciones de poca entidad y solo de mínima conservación. La segunda fase del proyecto favoreció a bienes de la provincia, no siendo incluidos ninguno de la capital. Existiendo iglesias románicas con altos niveles de degradación visible y pudiendo albergar daños internos ocultos, que se comprobaran tras un estudio en profundidad”, argumentan desde la UPL, que pretende que se destine una partida presupuestaria para el Plan Zamora Románica, que entraría así en su tercera fase.



EL PATRIMONIO ROMÁNICO DE ZAMORA

Con diferentes estados  y singularidades, los 23 templos románicos que forman parte del patrimonio de Zamora, “requieren de una atención que comprenda mantenimiento, conservación y, cuando el nivel de deterioro lo demande, restauración en la medida de las necesidades”, aseguran.


UPL manifiesta, por otro lado, que la conservación del patrimonio cultural corresponde a la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, “que conforme legislación debe su cumplimiento, encontrándose los monumentos del románico zamorano en mayor o menor medida necesitado de labores de mantenimiento y rehabilitación”, aseguran. Para este partido, en el nuevo listado de monumentos deberían incluirse las iglesias de San Juan de Puerta Nueva, San Andrés, San pedro y San Ildefonso.


La formación afirma, por otro lado, que debe actuarse sobre las fachadas afectadas, que suponen la parte más visible y que influyen en la imagen general de la ciudad, con reposición de piedras con síntomas de desgaste superficial, limpieza de las que se encuentren sanas y eliminación de la capa adherida a la superficie. Recalca también que, debido a las complicaciones derivadas de su mal estado, se requiere también una intervención sobre cubiertas para solventar los consecuentes daños por humedades