¿Acaso no tendría sentido destinar parte de estos fondos públicos a bajas por maternidad, a programas de apoyo a las mujeres rurales y de integración en la toma de decisiones?

​El próximo 15 de octubre se celebrará el DIA INTENACIONAL DE LA MUJER RURAL, por el que se vendrá a reconocer el importante papel que desarrollan las mujeres en la agricultura, ganadería, emprendimiento rural y en la fijación de población en el medio rural.
|

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER RURAL


No puedo, ni quiero, hundir el perfil que tengo de la mujer campesina, diferente para cual según su sentimiento por ella, en los fondos abismales de los trigales castellanos, ni en otras explotaciones en otros llanos o pueblos con montañas o costeros, existentes en el mundo entero, con las mismas entrañas que los llanos.


Pero bien es cierto, que el rol de la mujer agricultora, bien conocido y asentado en la raíz de muchas culturas, ha cambiado, es verdad, pero con paso lento y mirada larga. Volvemos la mirada a las mujeres campesinas de nuestra España y, vemos, por ejemplo, que eran ellas las encargadas de empedrar los trillos, utilizados por entonces en las faenas que hoy, más que recordarnos penas, nos traen a nuestra memoria añoranza. No cabe duda que los avances tecnológicos en la agricultura, como el uso de robots y satélites, facilitan la participación de las mujeres en ese sector.


Cierto que los programas de desarrollo rural de la Unión Europea tienen como prioridad el desarrollo tecnológico del empresariado rural para incrementar su impacto económico, social y ambiental, pero la PAC sigue siendo en esencia y tendencia puramente misógina. No confía lo que debiera en la mujer emprendedora campesina, siquiera el Parlamento Europeo defiende una mayor perspectiva de género en la futura PAC que debe seguirse exigiendo para que apueste hasta conseguir la plena igualdad, pues las mujeres han demostrado que su participación en este sector es significativa y relevante y que el impacto de su trabajo va más allá del ámbito doméstico.


Pero además del estereotipo de género que sigue siendo un obstáculo para las mujeres que quieren trabajar o emprender en el ámbito rural, pues siguen siendo vistas, aunque  ya en menor medida, como personajes secundarios delegadas a las  responsabilidades en el ámbito doméstico, sirviendo de apoyo a los hombres que trabajan en el campo,  la dad es otro factor relevante, pues, según Eurostat, el  40% de las mujeres que trabajan en el ámbito rural son mayores de 65 años y solo el 4,9% son menores de 35 años.

En España más de siete millones de mujeres viven en el medio rural y a diario son pieza fundamental para el desarrollo de la economía en este entorno.


El próximo 15 de octubre se celebrará el DIA INTENACIONAL DE LA MUJER RURAL, por el que se vendrá a reconocer el importante papel que desarrollan las mujeres en la agricultura, ganadería, emprendimiento rural y en la fijación de población en el medio rural.


La celebración de tal Día Internacional de la Mujer Rural nos dará la oportunidad de sensibilizar al público en general acerca de la importancia de la mujer en el medio rural, y llamar al mismo tiempo la atención de los medios de comunicación para que señalen a la opinión pública que existen problemas sin resolver en su desarrollo, para que los ciudadanos conozcan mejor la problemática y exijan a sus representantes que actúen.


La ineficacia de la legislación agrícola de la Unión Europea respecto a las mujeres que quisieran trabajar en el campo,  ha sido puesta de manifiesto por economistas, sociólogos, juristas y ecologistas de organizaciones de diversa índole, proponiendo cómo debería diseñarse una política agraria común en la que se tuviera en cuenta a las mujeres rurales y a sus problemáticas específicas.


¿Acaso no tendría sentido destinar parte de estos fondos públicos a bajas por maternidad, a programas de apoyo a las mujeres rurales y de integración en la toma de decisiones?


Mantener la vida en el campo pasa por contar con las mujeres rurales y dar un papel fundamental a agricultoras, ganaderas, pastoras, artesanas y tantas mujeres valientes que se enfrentan a una situación de absoluto desamparo legal e institucional.



Fdo. Dionisio de Ana Prieto (Abogado zamorano en Coruña. Especialista en Estudios Europeos)