La mujer en el mundo rural

Cuando pienso en las mujeres del mundo rural, recuerdo la juventud de mi madre.
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Mujeres rurales   David Arranz  ICAL



Fdo. Dionisio de Ana Prieto (Abogado zamorano en Coruña)


Cuando pienso en las mujeres del mundo rural, recuerdo la juventud de mi madre. Y las de todas las mujeres de ese mundo hoy distinto, pero igual de precioso.


Nada más hermoso que las mujeres con sus enseres de labranza entre la belleza de su naturaleza.

El mundo rural no deja de ser delicadeza y la mujer es toda ella alabanza en ese mundo natural.


El nuevo planteamiento de su explotación ya lo llevan las mujeres de hoy en su corazón.


Las granjas, las viviendas y los cultivos finos cuelgan ilusión en las imágenes técnicas de  sus ordenadores. 


La fibra de la comunicación va prendiendo poco a poco por el abono de la ciencia que empieza a tener conciencia de la necesidad de vivir la humanidad repartida,  creando grupos de comunidad con mucha más generosidad.


La mujer rural va a crecer y crear, si así lo quiere. Y va a crecer en lo que debe hacer la sociedad para avanzar. La mujer en el mundo rural ya está creyendo en el buen hacer y distingue el trabajo del bien y del mal.


La mujer y el hombre del mundo rural, no necesitan buscar trabajo, sino que lo tienen a destajo, pero vuelan con mucha naturalidad y con un sacrifico muy bajo y sin calamidad.


La libertad  y el regocijo del campo, estaba antes en la era. Y el sacrificio extenuante del verano era antes la fatiga de la siega.  Ahora es otra era, y la siembra de la esperanza acontecerá en la misma sementera, pero de otra manera.


Viva el mundo rural y su vida antes y después entera. La mujer del mundo rural es una auténtica estrella. Y muy bella.


Desde la hoz al maquinismo,  media un abismo, pero el cielo que cubre lo natural es el mismo velo transparente. Y  en el mar que le sobrevuela, está la mujer en el fondo y en lo más alto.  E inocente.


Y en el llano, agarra a sus hijos o a quién ella quiera  por la mano.


No quiere ser este relato solo sentimiento de poesía, sino también de alegría. Y con melancolía de madres jóvenes de futuro que quieran ser lo que la naturaleza rural les dé a entender. 


La mujer del mundo rural, puede ser, con el hombre, el futuro de la repoblación, de la ocupación de la España abandonada y vacía o vaciada Y del alma mía y, seguramente  de  nuestra voluntad tan deseada.