La Noche de las Velas: Un faro de esperanza se enciende en Aliste como acto de resistencia frente a los incendios

"Se trata de que cada cual se ponga al servicio de los demás, sin protagonismos. Lo más bonito es que no hace falta tener fe para participar", explicó José Alberto
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Noche de velas de Puercas (1)


Fotos: Daniel Ferreira


El pasado 22 de agosto, mientras la comarca de Aliste se recupera de los devastadores incendios de los últimos días, la Iglesia Parroquial de San Bartolomé se convirtió en un refugio de luz y esperanza. En lo que ha sido su primera edición, "La Noche de las Velas" ha trascendido lo litúrgico para convertirse en un símbolo de resiliencia y unión comunitaria ante la destrucción.


La iniciativa, impulsada por el joven párroco de la comarca, José Alberto, surgió con el propósito de complementar las fiestas patronales. Sin embargo, en el contexto actual, ha cobrado un significado mucho más profundo. La celebración, que combina "Historia, Arte y Fe" con "Música y Poesía", y "Tradición y Devoción", fue concebida como un homenaje silencioso a los paisajes arrasados y a la comunidad que lucha por recuperarse.


"Se trata de que cada cual se ponga al servicio de los demás, sin protagonismos. Lo más bonito es que no hace falta tener fe para participar", explicó José Alberto. La puesta en escena, con cientos de velas iluminando el interior de la iglesia, rindió un emotivo tributo a la memoria de la tierra y sus habitantes.


El fuego de estos días no solo ha consumido miles de hectáreas, sino que también ha afectado la moral de la España Vaciada, que a pesar de las adversidades, demuestra una fuerza inquebrantable. La Noche de las Velas ha sido la respuesta poética de la comunidad a la tragedia, un acto de fe que demuestra que, aunque el fuego pueda dejar cenizas, no puede apagar el espíritu de un pueblo.


Noche de velas de Puercas (2)


"De lo que se trata es de encender una velita de esperanza en el corazón de cada una de las personas que vivimos en estos pueblos", concluyó el párroco. Este evento, que nace en un momento de gran dolor, es un poderoso recordatorio de que la vida en el campo persiste y que, con unión y fe, la comunidad siempre encuentra una forma de seguir adelante.