Cuando Álvaro Olivier, CEO de Contratas y Obras San Gregorio, habla de las cuatro décadas de la empresa que lidera, lo hace con una mezcla de orgullo y humildad: “Para nosotros es muy importante este 40 aniversario, no solo por cumplir años, sino por todo lo que hemos tenido que pasar. Es una empresa que ha tenido muchísima resiliencia, que se ha sabido adaptar a cada una de las crisis”.
No es una frase hecha. San Gregorio ha sobrevivido con solvencia a dos de los momentos más duros para el sector: la crisis inmobiliaria de 2007 y la más reciente derivada del covid, con su consiguiente encarecimiento de materiales. A lo largo de estas décadas, la empresa zamorana ha mantenido una línea de compromiso firme tanto con sus proveedores como con sus clientes.
Un salto internacional decisivo
La resistencia, sin embargo, no bastaba. Para capear los años más oscuros del mercado nacional, la compañía dio un paso clave: su expansión internacional. En 2011 abrió una delegación en Lima (Perú), una apuesta estratégica que, según Olivier, fue “la piedra angular” para sortear la crisis de 2007 a 2016. “Lo que perdimos aquí en España lo suplementamos con el trabajo realizado fuera. Muchas constructoras se quedaron por el camino, pero nosotros encontramos una vía para sobrevivir”, señala.
Proyectos estratégicos: volver a crecer en casa
El regreso del crecimiento en el mercado nacional ha coincidido con la consolidación de San Gregorio como referente en Castilla y León, y especialmente en su tierra de origen, Zamora. En los últimos meses, ha sido adjudicataria de dos proyectos clave para el desarrollo económico e industrial de la provincia: el polígono Puerta del Noroeste en Benavente y el nuevo polígono en Monfarracinos. “Para nosotros supone un orgullo enorme”, afirma Olivier. “Estas adjudicaciones significan que la administración pública confía en nosotros.
Nos hemos convertido en una empresa de primer nivel en Castilla y León”. Un cambio cualitativo que demuestra, a juicio del CEO, una evolución natural en su posicionamiento: “Para hacer grandes proyectos, el primer paso es que te vean capaz de hacer bien los pequeños”. Además, destaca la carga simbólica de que estos proyectos se ejecuten “en casa”, con un impacto directo sobre el tejido económico local.
La clave del éxito: confianza y cumplimiento
Una de las claves del éxito de San Gregorio en el ámbito público reside en su cumplimiento estricto de plazos y estándares de calidad. Según Olivier, la relación con las administraciones se basa en hechos, no en favores: “La única manera de demostrar que estás capacitado es cumpliendo. No ya en este proyecto, sino en los anteriores. Y después, hay que ganar la licitación, porque la administración no te la da a dedo”.
Sostenibilidad desde la raíz: cerrar el círculo
Uno de los grandes pilares estratégicos de San Gregorio es su modelo de sostenibilidad, basado en acciones tangibles y medibles. Un ejemplo de ello es su planta de valorización de residuos, inaugurada en 2011, que permite aplicar los principios de la economía circular directamente a su operativa diaria. “Cuando pusimos en funcionamiento la planta, lo hicimos para generar sinergias. Queríamos gestionar nuestros propios residuos y también valorizarlos, para reutilizarlos en nuestras propias obras. Hacemos una obra, demolemos lo necesario, lo llevamos a la planta, lo reciclamos y lo volvemos a incorporar a otra obra. Cerramos el círculo completo”, explica Olivier.
Además, la compañía cuenta con una planta de aglomerado, donde ha incorporado procesos que permiten reducir el uso de materias primas vírgenes, apostando por mezclas recicladas. “Esto es el germen de nuestra apuesta por la sostenibilidad, que después hemos extendido a muchas más áreas de la empresa”.
Medición de impacto más allá del medioambiente
“La sostenibilidad se mide en muchos factores, no solo en lo ambiental. También es social y económica”, subraya Olivier. Entre las iniciativas que destaca están el Plan de Igualdad de Oportunidades, ya registrado y aprobado tras negociación sindical, así como el apoyo a entidades sociales y deportivas de Zamora. “Respaldamos asociaciones de mujeres que trabajan por la inserción laboral femenina, fomentamos el deporte… todo eso también es sostenibilidad”, recalca.
Reconocimientos y nuevos retos
Este esfuerzo ha sido reconocido recientemente con los Premios de Construcción Sostenible de Castilla y León, que valoraron su estrategia integral. Lejos de conformarse, la empresa ha diseñado un Plan Estratégico de Sostenibilidad 2024-2027, con el que esperan fortalecer tres grandes áreas: la reducción de emisiones de CO₂, la economía circular y la mejora de condiciones laborales. “Tenemos que apostar por el crecimiento rentable. Las empresas están para ganar dinero, sí, pero también para devolver valor a su entorno”, sostiene Olivier.
I+D+i: la palanca para estar en vanguardia
Otro de los vectores de crecimiento de San Gregorio es la innovación. Desde hace más de una década, la empresa ha apostado por proyectos de I+D+i en asfalto y nuevas técnicas constructivas. Uno de los más destacados es Asfalto 3.0, recientemente finalizado, que investiga mezclas más sostenibles y eficientes energéticamente. “Es cierto que hacer I+D requiere recursos propios, y muchas veces no se llega a una patente. Pero es la única manera que tenemos de seguir en la vanguardia”, afirma Olivier, quien añade: “Queremos estar delante del grupo de constructoras de Castilla y León, ser de los que tiran del carro, no de los que lo siguen desde atrás”.
Personas antes que cifras
Más allá de las cifras de negocio y los logros técnicos, Olivier insiste en que San Gregorio es, ante todo, una empresa de personas. La implicación del equipo humano en el proyecto de innovación y sostenibilidad es clave, y se fomenta desde el ejemplo: “Los trabajadores tienen que verlo. Por mucho que les des cursos, si no perciben que apostamos por esto, no sirve de nada”.
Esta apuesta se traduce también en la industrialización de procesos constructivos, especialmente en edificación. Una técnica que no solo mejora los estándares medioambientales, sino también las condiciones laborales. “Muchas veces, estas técnicas permiten a los trabajadores operar en entornos más seguros y menos exigentes físicamente”, indica Olivier.
El reto: industrializar, tecnificar, atraer talento
Cuando se le pregunta cómo visualiza el futuro de San Gregorio, Olivier no duda: “Tenemos que apostar por la industrialización del sector, que sigue siendo muy tradicional. Y eso implica también incorporar a la mujer a muchos puestos para los que está plenamente capacitada”. Para el CEO, el sector debe dejar atrás los modelos que disuaden a los jóvenes de incorporarse. “Ese cliché de poner ladrillos al sol ya no atrae. Necesitamos ofrecer puestos tecnificados, interesantes. Y para eso hay que estar a la vanguardia”.
Un legado con mirada de futuro
Contratas y Obras San Gregorio ha demostrado que es posible crecer desde un entorno local, resistir crisis, innovar sin perder identidad y apostar por un modelo empresarial comprometido. La combinación de tradición, tecnología, sostenibilidad y enfoque humano la ha convertido en una de las empresas de referencia del sector en Castilla y León. “Estamos aquí para hacer las cosas bien, y para que nuestro entorno lo note”, concluye Álvaro Olivier. Ese es su compromiso: construir el futuro desde la tierra que los vio nacer.