La selección española femenina rozó la gloria en la final de la Eurocopa 2025, pero terminó cayendo en la tanda de penaltis ante una Inglaterra más efectiva y serena en los momentos clave. El partido, disputado en Basilea, ofreció un espectáculo vibrante que se resolvió tras 120 minutos de máxima tensión.
España comenzó mandando, con una propuesta valiente y ambiciosa. El equipo logró adelantarse en la primera parte gracias a un remate de cabeza de Mariona Caldentey, que culminó una jugada colectiva tras un centro medido desde la banda derecha. El gol despertó a Inglaterra, que intensificó su presión hasta encontrar el empate mediada la segunda parte con un tanto de Russo, también de cabeza, en una acción que pilló descolocada a la defensa española.
Con el 1-1 en el marcador, el partido entró en una fase de equilibrio tenso. La prórroga no sirvió para desempatar, aunque España dispuso de varias llegadas peligrosas que no lograron concretarse. El cansancio y la ansiedad empezaron a pasar factura en ambos equipos.
En la tanda de penaltis, la fortuna no sonrió a las españolas. Tres lanzamientos errados —y la gran actuación de la portera inglesa— fueron demasiado lastre. Inglaterra, más eficaz desde los once metros, selló la victoria con el penalti definitivo y revalidó su título europeo.
A pesar de la derrota, el torneo deja una imagen muy positiva de la selección española, que mostró personalidad, calidad técnica y un crecimiento notable en todas sus líneas. Esta generación ha demostrado que puede pelear con las mejores y que el futuro del fútbol femenino en España es prometedor.