BBVA estima un “impacto limitado” de los aranceles de EEUU en el crecimiento del PIB de Castilla y León que rondará el medio punto

La Comunidad sufrirá otros “cuellos de botella” por la “incertidumbre política” y regulatoria, aunque avanzará de la mano del consumo interno y generará 24.400 empleos entre 2025 y 2026.
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La política arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump tendrá un “impacto limitado” en el crecimiento de la economía de Castilla y León, que se situará entre medio y un punto porcentual, según las estimaciones de BBVA Research.


Así lo explicó hoy el economista jefe de BBVA Research, Miguel Cardoso, quien presentó junto a la directora de la Territorial Noroeste de BBVA, Guadalupe Hernández, el Informe ‘Situación Castilla y León’, que estima una desaceleración de la economía de la Comunidad hasta el dos por ciento en 2025 y al 1,5 por ciento en 2026, desde un 3,4 por ciento de 2024.


Miguel Cardoso aclaró que sus cálculos estiman unos aranceles sobre las exportaciones a EEUU entre el diez y el 20 por ciento, por lo que deberán revisar esas previsiones, cuando finalice la ronda de negociaciones entre EEUU y la UE y cambian esos porcentajes, informa Ical.


El experto destacó que la menor exposición de Castilla y León a esta política arancelaria situará el impacto “más cerca del medio punto que del punto porcentual” pero “dependiendo de las decisiones finales tendremos que ajustar la cifra”. Miguel Cardoso concretó que el promedio de exportaciones de la Comunidad es “algo inferior a la media” y suponen un cuatro por ciento del total y un uno por ciento del PIB.


Asimismo, constató que solo el tres por ciento de las pernoctaciones hoteleras en la Comunidad, es atribuible a residentes de EEUU, con “un impacto acotado” en el turismo. Eso si, advirtió del impacto indirecto, “más difícil de estimar” por su impacto en las cadenas de producción que se nutren de productos de la Comunidad.


Cuellos de botella

El economista jefe de BBVA Research precisó que la Comunidad crecerá de forma “sólida” muy por encima de la eurozona (0,9 por ciento), pero por debajo de la media nacional, donde se prevén avances del PIB del 2,5 y 1,7 por ciento, en 2025 y 2026, respectivamente.


En este sentido, apuntó a que junto a la política comercial de EEUU, Castilla y León sufrirá “cuellos de botella” y lamentó la “incertidumbre política económica”, sobre los costes laborales o la reducción de jornada a las 37,5 euros. “Aunque un 50 por ciento de los asalariados tiene esa jornada o está por debajo en Castilla y León, será un problema para las pequeñas empresas, o sectores como el comercio minorista donde es muy difícil recuperar con mayor productividad la caída de las menores horas trabajadas”, dijo.


Asimismo, puso de relieve el impacto de la fata de presupuestos estatales y regionales, que limita de forma importante la actividad de las empresas que dependen de las cuentas públicas, y su impacto también en la implementación de políticas.


Además, apuntó a la elevada tasa de ahorro atribuible a las personas mayores de 65 años, que limita el consumo; y la falta de crecimiento en algunos sectores afectados por el cambio regulatorio, como el del automóvil, tan importante en la Comunidad, que sufre la “incertidumbre” legislativa, la falta de inversión para la transición energética y los elevados precios del vehículo eléctrico.


Asimismo, constató el déficit del 30 por ciento en la construcción de viviendas, frente a la creación de hogares, con algunas zonas urbanas tensionadas en el mercado inmobiliario, con presión sobre los precios.


Sin embargo, aclaró también que el crecimiento se sostendrá por el impulso del consumo interno, ligado a la mejora del poder adquisitivo y la subida gasto público. Un consumo que “continuará incrementándose”, dijo, a a medida que “se reduzca la inflación y suban los salarios, con una recuperación del poder adquisitivo”.


Asimismo, recordó que se producirá en un entorno con tipos de interés a la baja que facilitarán el acceso a crédito. Agregó que el gasto público “será más importante” de lo que esperaban por los compromisos adquiridos en materia de defensa y la ejecución de los fondos NGEU, que “suponen el cuatro por ciento del PIB”.


La directora de la territorial Noroeste de BBVA, Guadalupe Hernández, explicó que con estos datos, el mercado laboral de Castilla y León generará, según sus estimaciones, 24.400 nuevos empleos durante el bienio de estudio, y situaría la tasas de desempleo en 2026, en el 8,8 por ciento.


Convergencia en PIB per cápita

Miguel Cardoso también explicó que Castilla y León será “una de las autonomías con mayor avance del PIB per capital”, solo por detrás de Galicia, con una previsión del 1,7 por ciento en 2025, y del 1,3 por ciento en 2026, frente a porcentajes nacionales del 1,2 y 0,4 por ciento, respectivamente. Estos datos permitirán una convergencia, reconoció, ligada al buen comportamiento de la competitividad, que sostiene el crecimiento de las exportaciones, con precios de electricidad y de combustibles, inferiores a los de otras regiones europeas.


El economista reconoció la vinculación de esta convergencia a la dinámica demográfica con menor disponibilidad de población y mano de obra en los grupos de 30 a 45 años, pero donde se mantiene el crecimiento por una mayor productividad, dijo. Sin embargo, advirtió de que si Castilla y León sigue “encogiendo en tamaño” se puede ver lastrada en un futuro.