Asimismo, la actuación se inició a raíz de dos denuncias, una interpuesta en el Puesto de la Guardia Civil de la localidad Tordesillas y otra en la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, formuladas ambas el pasado mes de enero. En ellas, las víctimas sufrieron una estafa en la interceptación de comunicaciones electrónicas entre empresas y proveedores (BEC), permitiendo a los delincuentes modificar datos de facturación y redireccionar los pagos a cuentas bancarias bajo su control.
En este caso, los autores lograron modificar la factura por un importe de 3.100 euros, alterando el número de cuenta de destino y desviando el dinero. La empresa afectada detectó la anomalía al comprobar que el pago no había llegado al proveedor legítimo.
Tras el estudio y análisis de la “abundante” documentación, los investigadores pudieron determinar que las cantidades estafadas se intentaron desviar a una cuenta bancaria que controlaban los autores. Tras las primeras actuaciones, se consiguió recuperar el dinero que previamente había sido estafado.
La metodología utilizada en las estafas es conocida como ‘Business Email Compromise (BEC)’, en ella los ciberdelincuentes utilizan el fraude por correo electrónico para engañar a empresas o individuos para que les transfieran dinero a cuentas bancarias que los autores controlan.
Principalmente consiste en interceptar los correos electrónicos previamente comprometidos entre empresa y proveedor o viceversa, tras interceptar un correo que contenga facturas o mensajes sobre pagos de servicios prestados. A continuación proceden a cambiar el número de cuenta bancaria de la factura original donde debería de realizarse el pago. Tras esta interceptación y cambio de datos bancarios lanzan nuevamente el correo al buzón del destinatario, que sin saberlo realiza el pago a la cuenta bancaria señalada en la factura manipulada o descrita en el correo electrónico, consiguiendo los autores el propósito de redireccionar las transacciones financieras.
Finalmente, la Guardia Civil recomienda la verificación de la identidad, confirmando siempre las solicitudes de transferencias de dinero o cambios en datos bancarios; la capacitación del personal para detectar correos fraudulentos; la implementación de protocolos de seguridad; el uso de tecnologías de seguridad, y adoptar medidas de precaución.