Aunque en pueblos y zonas rurales los huevos de autoconsumo existen desde siempre, poner una gallina en el hogar no es tan sencillo hoy.
En España, el Real Decreto 637/2021, de 27 de julio, impone que desde el 1 de enero de 2024, todas las explotaciones de autoconsumo, deben inscribirse en el Registro General de Explotaciones Ganaderas (REGA). Así que todas las personas que tengan gallinas para consumo propio, están obligadas a registrarlas y quien no cumpla puede enfrentarse a multas que van de los 600 a los 3.000 euros.
El camino para registrarlas no es tan sencillo y requiere varias visitas a las administraciones para cumplir una legislación que cuenta con una edad de 15 meses.
Los pasos son los siguientes: Visita a las oficinas de la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León para comunicar que tienes un gallinero de autoconsumo y darte de alta en el registro de explotaciones agrarias, visita a la Sección Ganadera de la Consejería de Agricultura para recoger las 2 solicitudes necesarias para darte de alta en el registro de explotaciones de producción de autoconsumo facilitando datos como el número de animales, su ubicación y las condiciones de la explotación, visita al ayuntamiento para registrar una comunicación ambiental según obliga el Decreto legislativo 1/2015 de prevención ambiental de Castilla y León incluyendo plano catastral de la finca y situación del gallinero y , por último, presentar toda esa documentación en el registro general de la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León. Toda la tramitación es gratuita y se puede hacer electrónicamente si tienes ordenador, si sabes usarlo y si tienes conexión.
Una vez registrada la granja avícola, se asignará un código REGA que identificará de forma única a la explotación. Este código deberá ser conservado por el titular que deberá comunicar cada principio de año el número de aves que tiene en su corral.
En la provincia de Zamora tener un pequeño gallinero forma parte de la cultura rural de una provincia como la nuestra y supone un desahogo a la economía de muchas familias y una forma de reducir los desperdicios alimentarios transformándolos en buenas proteínas para el consumo diario y estos nuevos requisitos son entendidos por muchos ciudadanos como normas en contra del mundo rural y todas estas prácticas de autoconsumo obligando mediante normativas, leyes y exceso de burocracia a un asedio continuo para controlar todas las prácticas agrícola-ganaderas que hemos conocido en nuestros pueblos y que probablemente no perduren en las siguientes generaciones a pesar de los innumerables beneficios que aportan como enseñar a los niños sobre el origen de los alimentos y fomentar su responsabilidad al cuidar de los animales.
No se trata de no legislar en los núcleos rurales, porque inscribir las aves en el registro facilita el control y seguimiento por parte de las autoridades competentes, permitiendo una mejor trazabilidad en caso de brotes de enfermedades o problemas sanitarios protegiendo tanto la salud de los animales como la de los consumidores. Se trata de facilitar información, de explicar los cambios, de evitar el miedo y la desconfianza hacia la administración y conservar la libertad en los núcleos rurales.
Desde AHORA DECIDE pedimos que los cambios de normativa que modifican hábitos centenarios en las áreas rurales donde vive una mayoría de población de avanzada edad vayan acompañados de una información clara y sencilla, con requisitos simples adaptados a la formación de la población y a sus posibilidades y una coordinación entre las administraciones implicadas. Esto no se ha hecho, aumentando la desconfianza de los ciudadanos con las administraciones y pensando lo que vendrá a continuación. ¿un nuevo impuesto para las gallinas?