“Usted debió ser presidente de la Junta de Castilla y León, ganó las elecciones, usted lo merecía”, le dijo Igea desde la tribuna a Tudanca, quien asentía desde su escaño. Antes de fundirse en un abrazo, el ahora procurador del Grupo Mixto, que en 2019 pactó con el PP e hizo presidente a Alfonso Fernández Mañueco, asumió su responsabilidad en lo que sucedió en la anterior legislatura.
En ese sentido, el exvicepresidente de la Junta recordó que ya hace 1.000 años salía de Burgos un señor a caballo, que, según relata el Cantar del Mío Cid, decía “qué buen vasallo sería, si tuviera buen señor”, en referencia a la lealtad de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, y a un rey Alfonso “traidor”.
Por ello, le deseó que le vaya “todo lo mejor posible” en este viaje que emprende al Senado, que confió no sea al “destierro”. Además, Francisco Igea confió en que al socialista se le olviden “algunas cosas” de las que reconoció él era el “responsable”. Así se despidió de Tudanca al tiempo que lamentó la “miseria” que a su juicio demostró ayer quien no fue capaz -dijo- de reconocer la labor de quien se ha dedicado diez años a la Comunidad.
En ese momento Tudanca se levantó y se dirigió a Francisco Igea para darse la mano y abrazarse mientras los socialistas aplaudían y entraban al hemiciclo los miembros del Gobierno autonómico. El último punto del orden del día del pleno recoge la designación del socialista como senador por la Comunidad, lo que se traducirá en su renuncia a la Portavocía y el acta de procurador, tras casi una década en las Cortes, a donde llegó en junio de 2015.