En enero de 2023, se detectaron graves daños en el muro de contención situado en la zona noroeste del templo, lo que llevó al Obispado de Zamora a actuar para evitar un mayor deterioro y garantizar la estabilidad del terreno y del templo.
Los estudios previos con georradar y perfilómetro electromagnético permitieron identificar las estructuras subterráneas y las áreas más afectadas y diseñar un plan de actuación.
La intervención conllevó la realización de un relleno controlado con materiales de compactación para mejorar la estabilidad del subsuelo, instalación de drenajes subterráneos mediante tuberías porosas para evitar la acumulación de agua y prevenir nuevos deslizamientos y construcción de un nuevo sistema de contención.
Asimismo, se implementó un sistema de cimentación profunda con hincadura de micropilotes diseñados para sostener la estructura y evitar futuros asentamientos, y se reforzó el muro con contrafuertes de ladrillo perforado, asegurando su resistencia a las cargas laterales, además de reconstruir el talud con piedra recuperada del muro original, respetando la estética y los materiales tradicionales del templo.
Para la estabilización de la estructura del muro, se aplicaron inyecciones de mortero de cal y cemento en las fisuras del muro, se colocaron pernos de anclaje de acero inoxidable para sujetar las partes afectadas y reforzar la cohesión de los materiales existentes y se diseñó un sistema de drenaje perimetral, evitando acumulaciones de agua que pudieran provocar nuevos hundimientos.
La intervención, promovida por el párroco de El Piñero, Timoteo Marcos, y la Diócesis de Zamora, “refleja el compromiso con la conservación del patrimonio histórico y religioso de la Diócesis”, según destacaron fuentes del Obispado de Zamora.
“Las obras garantizarán la seguridad de los feligreses y visitantes, permitiendo que el templo siga siendo un lugar de referencia espiritual y cultural”, concluyeron.