Después de dos días ingresado, falleció en la tarde del jueves 16 de enero a los 50 años, dejando mujer y dos hijos. Se había incorporado pertenecía a finales de agosto del año 2000 al Servicio de Bomberos de la Diputación de Valladolid, que declaró tres días de luto oficial. Además, entonces, se propuso la concesión de la Distinción Especial recogida en el reglamento de Honores y Distinciones de la institución provincial.
Hoy, en el pleno ordinario del mes de enero, se aprobó por unanimidad de los grupos provinciales conceder la distinción en reconocimiento a sus más de 24 años de servicio “ejemplar”, formando parte de un Servicio Provincial de Extinción de Incendios que para la Diputación “siempre ha destacado por su excelencia y ejemplaridad” gracias a la profesionalidad de sus integrantes.
Además, pretende ser también un “tributo” a su dedicación y compromiso con el servicio público a los ciudadanos de la provincia y como una señal de “obligada gratitud” de todos de los que forman parte de la Diputación de Valladolid, hacia un compañero que perdió la vida en acto de servicio.