La investigación se inició de forma paralela por agentes de Albacete, Zaragoza y Miranda de Ebro tras detectarse hechos similares en esas ciudades. Las denuncias recibidas por los agentes presentaban un mismo modus operandi. Una persona vestida con atuendo de una compañía de suministros energéticos o en su caso con tan solo un chaleco reflectante, aborda a personas de avanzada edad en las inmediaciones de sus domicilios o en su mismo portal alegando que necesita revisar contadores, instalaciones o cualquier otra excusa por la que debe acceder a su vivienda.
Una vez en el domicilio y tras una falsa operación de revisión, solicita el abono inmediato de su trabajo, el cual debe ser pagado en efectivo y si no con tarjeta, para lo que debe bajar a su furgoneta donde tiene el datáfono, o sacar el dinero en un cajero para supuestamente regresar en breve, hurtando lo que le es posible del domicilio. Ante cualquier negativa, llega incluso a utilizar la violencia si es necesario, aprovechando la escasa resistencia que ofrecen sus víctimas, octogenarias en la mayoría de los casos.
En la localidad burgalesa de Miranda de Ebro fueron dos las denuncias esclarecidas, por hechos ocurridos en mayo y septiembre del presente 2024. El detenido se ganó la confianza de dos ancianos de más de ochenta años, a quienes abordó en el mismo portal de su casa, logrando apoderarse de 1.000 euros en cada uno de los hechos cometidos.
En Zaragoza, en una de las denuncias la víctima manifestó que cuando iba a entrar en el portal de su casa, se le acercó un hombre ofreciéndole ayuda con el andador y preguntándole cuál era su piso, que era trabajador de los de la luz y que luego se pasaría un compañero a su domicilio para informarle de una oferta muy ventajosa.
Transcurridos unos diez minutos otro hombre llamó al timbre de su casa, diciendo ser también empleado de suministro eléctrico y con el pretexto de cambiar el contador para poder obtener así un gran ahorro en las facturas, le solicitó que le diera una determinada cantidad de dinero en efectivo.
El denunciante cogió una caja de caudales en la que guardaba unos 1.000 euros, su libreta y tarjeta bancaria y en un descuido, este individuo se la sustrajo y se marchó apresuradamente. Rápidamente avisó a su hija de lo que había pasado, ésta se puso en contacto con la entidad bancaria para bloquear la cuenta y la tarjeta, manifestándole su responsable que ya habían realizado dos reintegros en un cajero automático por valor de 1.000 euros en total.
Por otro lado, según informaron hoy fuentes policiales, en Albacete un ciudadano denunció que el falso revisor entró en su portal, hurtándole de su domicilio dinero y una tarjeta bancaria, percatándose al día siguiente al ver en su cuenta que le habían extraído 990 euros. En total, se le atribuye un lucro fraudulento 3.940 euros.
Las indagaciones de los agentes permitieron identificar y localizar al autor de estos hechos en Albacete, donde también tenía que asistir a un juicio en el que se le acusaba por hechos similares que presuntamente cometió en el año 2019.