Julio de 2021. Un enemigo llamado covid, aquel que nos encerró durante unos meses entre cuatro paredes, recibía una herida de bala y parecía (por fin) estar agonizando. Regresaban los conciertos y se relajaban las medidas preventivas. Nos sentiamos eufóricos, como con el gol en el último minuto de la prórroga después de un esfuerzo titánico. Se iniciaba el camino a lo que se llamó "la normalidad", una especie de nueva era en la que todos íbamos a ser la mejor versión de nosotros mismos. En ese contexto comenzó a fraguarse "algo grande en un pueblo muy, muy pequeñito"; la UD Bovedana anunciaba la puesta en marcha de su conjunto femenino.
Aquello que nació "como un pasatiempo" se transformó en un chasquido de dedos en algo prometedor. Las moradas emprendieron su aventura en la Segunda División Regional de Aficionados de Castilla y León de la forma más meteórica posible. "El equipo tiene tres años y hemos ascendido todos los años", apunta orgulloso Javier Conde, director deportivo y responsable directo de construir un grupo con tan buenos mimbres a partir de unas condiciones tan modestas. Hablamos de una formación levantada en la España Vaciada que se ha codeado con "el Sporting de Gijón, el Deportivo de La Coruña o el Celta de Vigo".
DAVID CONTRA GOLIAT
Sí, la primera parte de esta temporada se hizo muy cuesta arriba por la acumulación de derrotas: "Sufrimos muchísimo en ese infierno. Veníamos de ganar todo durante dos ligas y cuando llegamos a Nacional, nos comían vivas”, recuerda Conde, en la distancia. Pero, como hiciera David contra Goliat, la UD Bovedana se rearmó con jugadoras como Mónica y Adriana para salirse con la suya: remontó y logró la permanencia en la Tercera Divisón Nacional.
Su caso tiene todas las papeletas para convertirse en carne de documental (y sólo estamos en el principio) al tratarse de una situación tan singular e irrepetible. Nos referimos a una autenticidad que también han valorado desde la Diputación a través de los Premios Tierras de Zamora. No en vano, el club de Bóveda de Toro, "especialmente su equipo de fútbol femenino", con una media de edad "de unos 19 o 20 años", es merecedor del galardón a la Trayectoria Deportiva, reconocimiento que recogerá el próximo día 15, en Fuentelapeña.
"Estamos muy contentos con el premio", nos cuenta Conde, quien se explaya en su explicación: "Son muchos años de trabajo y seguimos trabajando igual que el primer día. Al final, nos han llegado los frutos. El equipo de los chicos también está donde tiene que estar. Estamos teniendo muchos éxitos y creemos que vamos a tener muchos más", vaticina mientras intentamos que nos explique qué factores han hecho posible esta gloria deportiva y cómo se ha generado el contexto propicio para que se dé esta especie de milagro (un "milagro justo", porque aquí no ha habido intervención sobrenatural que valga, claro).
GRACIAS A LAS JUGADORAS
"Es un caso único. No se ha visto en ninguna ciudad, en ningún sitio, un equipo de estas características con el éxito que ha tenido el nuestro. Se ha generado gracias a las niñas. Ellas sabían que se podía hacer todo esto y el club les ha puesto todo los medios posibles", detalla el director deportivo, quien forjó la formación inicial con muchachas con mucho oficio "que habían tirado la toalla, que estaban defraudadas con el fútbol".
LA CANTERA
El talento y el tesón desbordado de estas jugadoras ha calado en las generaciones posteriores. Tanto que "siempre ha habido un par de niñas, tres, cuatro... en las categorías inferiores del club. Este año, creo que se han apuntado unas siete u ocho niñas de unos ocho años". ¡Quién sabe! Quizá el día de mañana, la UD Bovedana no se vea obligada a pescar fuera y disponga en la cantera de todo lo que precisa.
Mientras tanto, "queremos tener las mejores jugadoras de la zona de Zamora, Salamanca y Valladolid" para alcanzar el objetivo de la temporada venidera: "El reto que nos marcamos es mejorar el puesto que hicimos en la pasada liga. Nos gusta ser humildes, pero también queremos seguir creciendo". Y no sólo han crecido a nivel deportivo, sino en el plano estructural. Este año, por ejemplo, "les hemos puesto un minibús a las chicas que son de Salamanca o que estudian allí" para acudir a los dos entrenamientos semanales. "Por cierto, aprovecho para agradecer a Viñuela por la entrega en cada viaje", añade.
El reclutamiento de estas jugadoras, o de las que vendrán, no se antoja nada sencillo. Para empezar, porque "ya me tienen tocado a medio equipo", comenta Conde entre apesadumbrado y orgulloso al tiempo que explica cómo se materializa ese proceso desde el momento del flechazo hasta la firma. "No firmamos jugadoras por el hecho de ser buenas. Necesitamos que se acoplen a nuestro sistema de juego. Para firmar a una jugadora tengo que haberla visto en, al menos, cinco o seis partidos. Además, me informo sobre cómo es en cuanto al carácter...". En el lado contrario se encuentran aquellas a las que hay que comunicarles la negativa: "El corazón se me rompe en siete cachos cuando tengo que decirle a una niña que no podemos contar con ella", lamenta.
LA ENTREGA DE UN PUEBLO ENTERO
Esos sinsabores contrastan con la felicidad que supone que los más de 300 socios y, en definitiva, los vecinos de un pueblo entero, estén involucrados con estas chiquillas (La Bóveda de Toro está con las niñas que no duerme", nos cuenta Conde), tanto que no sólo se hacen porras del Madrid o del Barcelona, sino de La Bovedana. Incluso algunos organizan su fin de semana en el destino en el que juega el equipo para acudir a verlo mientras hacen turismo. Es el caso de dos jubilados de Villabuena del Puente, el pueblo de al lado.
Sin duda, más allá del buen hacer sobre el campo, el equipo femenino se ha convertido en protagonista porque ha logrado crear una identidad y un arraigo en un territorio de la España Vaciada. Los logros de este club trascienden lo deportivo y han hallado un modo muy particular, por poco habitual, de combatir esta lacra que es la despoblación en las zonas rurales. "Los equipos que vienen te preguntan dónde comer o dónde alojarse; se quedan en Zamora o en Toro porque aquí no tenemos hotel. Se nota que la zona se beneficia, sí", reconoce el director deportivo, quien termina nuestra charla con una frase reveladora: "Somos un equipo pequeño con algo grande entre las manos".