Castilla y León sufre 4,12 fallecidos por cada 100.000 trabajadores en 2023, frente a los 2,92 de la media nacional

Para la Junta, pasar de 50 a 38 fallecidos es una “bajada contundente en los datos”, gracias a la Estrategia de Seguridad, Salud Laboral y Bienestar Laboral
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La siniestralidad laboral sigue siendo una lacra a atajar en Castilla y León. Año tras año, son miles los trabajadores que sufren algún percance en sus puestos de trabajo y, lo más grave, decenas, los que pierden la vida. El ejercicio pasado, 38 personas fallecieron mientras se ganaban la vida en Castilla y León, una "cifra inaceptable", aunque suponga un importante descenso respecto a los 50 del ejercicio anterior.

Los datos que facilita el Ministerio de Trabajo y Economía Social constatan que el índice de incidencia de los siniestros laborales mortales se situó en la comunidad en los 4,12 fallecidos por cada 100.000 ocupados, muy por encima de los 2,92 de la media nacional (581). No obstante, en 2022, esa ratio había alcanado los 5,51. Castilla y León fue la quinta autonomía con mayor índice de incidencia de los accidentes mortales, por detrás de La Rioja (9,89), Castilla-La Mancha (4,96), Galicia (4,84) y Aragón (4,43).

El departamento que dirige Yolanda Díaz revela que ese descenso en la mortalidad laboral no vino acompañado de una bajada general de la siniestralidad ya que el año pasado se produjeron en Castilla y León un total de 26.336 accidentes con baja en el trabajo, lo que representa un aumento del 5,1 por ciento en comparación al año anterior, es decir, en datos absolutos, 1.273 percances más.

El índice de incidencia global se situó en Castilla y León en 2.852,8 accidentes con baja por cada 100.000 ocupados, también muy por encima de los 2.715 de la media en España (539.584). En 2022, esa proporción estaba en los 2.761.

Para la Junta, pasar de 50 a 38 fallecidos es una “bajada contundente en los datos”, gracias a la Estrategia de Seguridad, Salud Laboral y Bienestar Laboral que, tras más de un año de aplicación, “ da sus frutos y arroja unos primeros datos esperanzadores sobre el futuro de la seguridad de los trabajadores de la comunidad. Y es que Castilla y León ha registrado la mitad de accidentes mortales en el trabajo que el resto de la media nacional”, indican en un comunicado.

Este dato supone un descenso de casi un 30 por ciento de las muertes en los puestos de trabajo, con una reducción de 14 casos con respecto al año anterior. Además, los accidentes graves en jornada de trabajo también han descendido hasta un seis por ciento, con 13 menos que en 2022. “ La explicación a esta mejoría radica en el impacto directo de los más de 16 millones de euros concedidos por la Consejería de Industria, Comercio y Empleo para comprar nuevas máquinas, reformar los centros de trabajo, sustituir las cubiertas frágiles con amianto por otras transitables, realizar planes de bienestar laboral o mejorar la seguridad en el medio rural, entre otras medidas”.

“La Consejería ha tenido claro desde que se comenzó a abordar esta preocupante situación que la mejor medida que se puede tomar para garantizar la salud de los trabajadores es contar con los expertos. Con este ánimo, la apuesta de la Consejería se ha basado en contar con un equipo multidisciplinar de expertos técnicos de la propia Junta de Castilla y León en detrimento de las visitas de Prevención de Riesgos Laborales que patronal y sindicatos realizaban y suponían un coste siete veces mayor que el precio de mercado”.

Con los casi tres millones de euros ahorrados en este sentido, se han podido poner en marcha políticas de incentivos para empresas y trabajadores. “Afianzando, como prueban los datos de 2023, la reducción de la gravedad a través de la mejora de las condiciones de trabajo”. “Medidas que se centran en los tres elementos básicos del entorno laboral: la persona, el lugar de trabajo y las máquinas. Con un total de 585 empresas beneficiadas por la Estrategia de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo a lo largo de 2023, llegando casi a un 50 por ciento más de empresas en solo un año (401 en 2022)”.


Análisis por sectores

El informe precisa que los asalariados asumieron 24.215 accidentes laborales, 31 de ellos mortales, con índices de incidencia de 3.232 en el global y de 4,14 en los fallecidos. Por su parte, los autónomos contabilizaron 2.121 siniestros, con siete trabajadores por cuenta propia que perdieron la vida, e índices del 1.219,2 y 4,02, respectivamente.

Por sectores, los accidentes globales crecieron en los servicios (13.912), un 5,9 por ciento; en la industria (6.815), un 5,5 por ciento; en la construcción (3.853), un 2,6 por ciento; y en el agrario (1.756), un 2,5 por ciento.

Un análisis por actividades productivas revela que la industria manufacturera sufrió 6.338 accidentes, con un aumento del 5,9 por ciento; la construcción, 3.853, con un avance del 2,9 por ciento; y el comercio al por mayor y menor y de reparación de vehículos a motor, 3.323, un 6,9 por ciento más.

Además, cabe destacar que en las actividades sanitarias y de servicios sociales, se contabilizaron 2.449 accidentes laborales con baja, con un crecimiento del 10,1 por ciento; en la hostelería, 1.891, un 10,3 por ciento más que en 2022; y en la agricultura, 1.756, que representan un alza del 2,5 por ciento.

En el extremo opuesto, en transporte y almacenamiento se registraron 1.629 accidentes, un 3,7 por ciento menos; y en administraciones públicas y defensa, 1.159, con una merma del 0,3 por ciento.


Provincias

Un análisis territorial constata que el año pasado perdieron la vida en sus puestos de trabajo diez personas en la provincia leonesa, ocho en la vallisoletana, siete en la burgalesa, cuatro en la soriana, tres en la charra, y dos en la abulense, palentina, y segoviana, en los tres casos. En Zamora, al Ministerio no le constan siniestros mortales.

En cuanto al número global de accidentes, cabe destacar que se contrajeron en Zamora (1.665), un 1,9 por ciento; en Palencia (1.760), un 1,3 por ciento; y en Segovia (2.003), un 0,7 por ciento. Por el contrario, crecieron en Salamanca (3.339), un 10,1 por ciento; en Burgos (5.329), un 8,5 por ciento; en Valladolid (5.635), un 7,9 por ciento; en León (3.876), un 3,7 por ciento; en Soria (/1.425), un 2,8 por ciento; y en Ávila (1.304), un 2,3 por ciento.