Los educadores del centro contactaron con la mujer para explicarle lo ocurrido y además, al ser conocedores de qué menores habían sido los que habían hecho y compartido la grabación y compartido, los expulsaron durante 15 días como medida ejemplarizante. Además, iban a enviar una circular a los padres de todos los menores implicados para que estuvieran al corriente de la situación y tomasen con sus hijos “las medidas oportunas de concienciación, empatía y respeto hacia la intimidad y privacidad de sus compañeros y profesores”.
A pesar de ello, la madre seguía muy preocupada y trasladó a Incibe su idea de no dejar pasar el asunto y el planteamiento de tomar medidas legales. Para ello, quería volver al centro, visualizar el vídeo de nuevo y recopilar la mayor cantidad de información posible y así tomar decisiones de manera “más tranquila y razonada”.
Incibe le ofreció a la mujer apoyo psicosocial de una manera efectiva para rebajar el nivel de ansiedad que la visualización de las imágenes de su hijo le habían provocado y le explicaron las pautas a seguir.