Nace Arquímedes Castilla y León, la unión de las asociaciones provinciales de niños superdotados de la Comunidad

Según distintos autores, uno de cada diez alumnos posee alta capacidad intelectual, pero solo el 0,32% es detectado.
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Las seis asociaciones provinciales de altas capacidades de la Comunidad decidieron sumar fuerzas para crear Arquímedes Castilla y León, una unión que pretende dar respuesta a los retos de este alumnado superdotado. Así nace una agrupación que, bajo el lema ‘Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo’, se presenta como reflejo del respaldo que necesitan estos escolares con superdotación para desarrollar su potencial, según conoció Ical.



La justificación para crear Arquímedes Castilla y León es la “escasa identificación” que convierte la alta capacidad intelectual en una “realidad invisible”. Según distintos autores, uno de cada diez alumnos posee alta capacidad intelectual. Actualmente, según datos oficiales del Ministerio de Educación solo son detectados el 0,32 por ciento, lo que supone tan solo el 4,22 por ciento de los estudiantes en edad escolar con alta capacidad de Castilla y León. Estos datos son más evidentes aun, prosigue el comunicado, entre las alumnas, que únicamente representan el 22 por ciento del total de alumnos detectados, frente al 78 por ciento de los varones.


Entre los primeros objetivos fijados por esta agrupación se encuentra la realización de un estudio en profundidad de la realidad de las altas capacidades en la Comunidad, para el que se difundió una encuesta entre las familias socias que tuvo una gran acogida. Se recibieron 430 respuestas que suponen una muestra representativa cercana al 50 por ciento de la población de estudiantes en edad escolar identificados en Castilla y León.


La encuesta aporta datos sobre la falta de aplicación de las medidas propuestas por los orientadores de los centros. Tan solo se ponen en marcha en el 21 por ciento del alumnado identificado. “La falta de de aplicación de esas medidas conlleva fracaso escolar, problemas de salud, emocionales, etc. Una problemática fácilmente evitable mediante una atención adecuada a sus necesidades”, sostiene Arquímedes en un comunicado.


No obstante, los “hay aún menos afortunados al no contar si quiera con un informe público que le de acceso a conocer su realidad y a poder acceder a algún tipo de medida”. Así, entre los niños encuestados, una quinta parte disponía solo de informe privado, que no tiene validez a nivel institucional para certificar su alta capacidad intelectual.


Por otro lado, el 88 por ciento de las familias manifiesta que su equipo de educativos no dispone de formación suficiente en altas capacidades. De hecho, en un 40 por ciento de los casos ha sido el propio equipo educativo quien les ha manifestado no tener formación suficiente. Uno de los datos más destacable del análisis realizado es que entre los equipos educativos con formación en altas capacidades los casos de acoso o de necesidad de ayuda psicológica “se reducen de forma drástica”.


Retos profesionales

Los resultados del estudio plantean retos en el ámbito educativo de cara a la mejora de la realidad de este alumnado. En primer lugar, la identificación y diferencia entre sexos. En este punto, se necesita una “identificación temprana”. Los primeros en detectar las altas capacidades en un alto porcentaje son las familias y luego, un 30 por ciento, los centros educativos. El 70 por ciento de las familias acude a especialistas privados por la preocupación de no saber cómo tratarlos y ayudarlos. Además, la probabilidad de que un hermano de un niño identificado con altas capacidades también pueda presentarlas “es muy alta”. De los alumnos detectados, un 22 por ciento son niñas y un 77, niños.


El segundo de los retos es la admisión de evaluaciones de psicólogos sanitarios. De los niños encuestados, un 20 por ciento no tiene informe público, por lo que carecen de medida educativa. “Es necesario que se admitan evaluaciones privadas realizadas por especialistas colegiados y se atienda la necesidad del menor, mientras se realicen las pruebas que consideren necesarias en caso de querer contrastarlo”, demandó la agrupación.


La tercera petición de Arquímedes Castilla y León es la aplicación de la legislación y de las medidas educativas establecidas, pues tan solo un 21 por cinto del alumnado encuestado recibe las indicaciones que el orientador marca en su informe psicopedagógico, las cuales “se da por válidas sin contrastar ni revisar posteriormente”. Además, el hecho de que estos estudiantes disfruten de las indicaciones “muchas veces depende de la formación y voluntad del equipo directivo, con lo que lo que la aplicación de un derecho queda en manos del azar”.


En cuarto lugar, habla de la “escasa” formación especializada del equipo educativo y de orientación, al que se enfrentan las familias, lo cual “facilita la abundancia de estereotipos y mitos” de las altas capacidades entre el profesorado y el equipo de los centros escolares, hecho que justifica “la no atención de la necesidad educativa y favorece el bullying”.


Por último, Arquímedes Castilla y León menciona el Programa Detecta y las actividades extracurriculares del Equipo de Orientación Educativa y Multiprofesional para la Equidad Educativa de Castilla y León (Creecyl).


Por ello, consideran “importante” la puesta en marcha de un sistema de identificación global por profesionales especializados, basado en ‘screeners’ con base científica al cien por cien del alumnado, “sin filtros previos del profesorado y en edades más tempranas”; así como potenciar el actual programa de enriquecimiento del Creecyl y ampliarlo a lo largo del curso escolar.