El TSJ eleva hasta los ocho años de cárcel la condena a un profesor de Valladolid por abuso sexual de un alumno del que era tutor

La relación entre ambos se mantuvo durante el confinamiento a través de redes sociales.
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Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León


La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha elevado en dos años la condena a un profesor de Valladolid que fue condenado el pasado mes de enero por la Audiencia Provincial a seis años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual sobre menor de 16 años.


Los hechos ocurrieron en el curso escolar 2019/2020, cuando el condenado era tutor del menor. Durante ese curso, según se recoge en la sentencia de la Audiencia Provincial, el denunciado aprovechaba para acercarse físicamente al menor aprovechando las excursiones que hacía con los menores del coro en actividades extraescolares, procurando quedarse a solas con él, abrazándolo, y creando en el menor una dependencia emocional que reforzaba constantemente por vía de teléfono (llamadas y videoconferencias) y redes sociales (WhatsApp). Además, el condenado insistía al menor para que mantuviera el contacto con él e iniciar una relación sentimental con él.


Decretado el estado de alarma el día 13 de marzo de 2020, con la llegada del confinamiento el acusado intensificó con el menor el contacto a través del teléfono y las aplicaciones Whatsapp y FaceTime, hasta el punto de contactar con el más de tres veces cada día. El condenado pedía a su alumno continuamente a que borrara cualquier imagen que se hubieran enviado y cualquier conversación que hubieran mantenido, y le insistía en que le diera los buenos días y las buenas noches todos los días, utilizando expresiones como “te quiero” o “te amo”. Además, le reclamaba que le hiciera videollamadas cuando se estaba duchando para verle desnudo y que se hiciera fotos y videos y se las mandara, algo que consiguió.


Incluso convenció al menor para que ambos se masturbaran enfocando con el teléfono a sus partes íntimas, algo que ocurría casi todos los días, y también le convenció para que le mandara fotos de su pene y para que se ducharan juntos, haciéndolo al mismo tiempo también por videollamada.


A finales de junio de 2020, el menor pidió permiso a sus padres para acudir a una reunión con otros miembros de la clase a la casa del profesor para hacer una especie de despedida de curso. El acusado le pidió al menor que fuera antes, como media hora y cuando este llegó le llevó a su dormitorio. Allí se quitaron los pantalones y se realizaron mutuos tocamientos en el pene. El acusado acercó un vibrador tanto al pene como al ano del menor, sin que le llegara a penetrar.


La madre del menor, que venía observando comportamientos extraños por parte del profesor en su relación con su hijo, revisó la tablet que solía utilizar su hijo y descubrió conversaciones escritas mantenidas entre ambos a través de WhatsApp de un carácter “excesivamente cariñoso”. En ese momento tomó la decisión de retirarle a su hijo todos los dispositivos y volver a explicarle lo inadecuado de la situación. Además, se puso en contacto telefónico con el acusado, comunicándole su descontento al descubrir la relación que tenía con su hijo. Y le exigió que a partir de ese momento sólo se comunicara con su hijo a través de la plataforma virtual del colegio.


No obstante, la petición de la madre no fue aceptada y el profesor siguió intentando acercarse al menor a través de otras vías, como era a través de cartas, mensajes e incluso físicamente, acercándose a los lugares que frecuentaba, o a través de otras redes sociales. Los hechos no cesaron hasta que un día del mes de julio de 2022 el menor se lo contó a la que por entonces era la pareja del padre.