Según recoge la sentencia, consultada por Ical, los hechos probados, de conformidad entre las partes, se remontan a las 22.20 horas del 26 de mayo de 2022, cuando los policías encubiertos, que prestaban servicio de paisano en el vehículo camuflado, observaron cómo el turismo del ahora condenado llegaba a la calle Juan de la Fuente y se detuvo a la altura del parking de Colón.
En ese instante, un peatón se acercó al vehículo y el condenado le entregó una papelina de cocaína a cambio de la entrega de 20 euros, en dos billetes de diez. Uno de los policías se dirigió al cliente y le pidió que hiciera entrega de la papelina, cosa que hizo.
Mientras, el otro agente interceptó el vehículo del condenado y encontró en su poder, escondidos en su ropa, otros dos envoltorios más que también contenían cocaína destinada a la distribución ilícita. También halló en su bolsillo los 20 euros, en dos billetes de diez. En total, los agentes se incautaron de dos gramos netos de cocaína, con una pureza del 70,26 por ciento, con un precio de 144,67 euros en el mercado de tráfico ilícito.