Una recogepelotas palentina en el MMO: “No creo que el uniforme fuera sexista. Estábamos encantadas por lo cómodo y acertado"

Ante la polémica en el Mutua Madrid Open, Irene González asegura que la vestimenta era "la adecuada para la tarea a realizar" y pudieron elegir las tallas y su confortabilidad
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David Herrero / ICAL

“No creo que el uniforme fuera sexista, es meramente un uniforme de tenista. Al fin y al cabo, es de lo que va el evento. Ninguna de mis compañeras ha tenido algún problema con su imagen, todas estábamos encantadas de su forma, lo cómodo y acertado que era para poder estar corriendo y realizando nuestras labores sin tener que estar pendientes de nada más”.


Clara y directa. Así se muestra la palentina, Irene González, profesora de inglés, pero desarrolló la labor de recogepelotas en el Mutua Madrid Open 2023 (MMO), quien da su visión personal tras la polémica por la vestimenta que llevaban todas ellas durante su presencia en la pista.


“No sé en qué momento se ha instaurado que un ombligo al aire es algo sexista, a mí ni se me veía, ya que era un poco más bajita que alguna compañera, y solo me asomaban dos centímetros de piel entre la falda deportiva y el top”, afirma en declaraciones a la Agencia Ical.


González recuerda que se está en una competición de tenis donde los niños recogepelotas llevan pantalón y camiseta, igual que los adultos recogepelotas; mientras que las niñas recogepelotas llevan falda plisada y camiseta. Algo que se reproduce en este caso, porque ellas vestían con una falda plisada con malla y top deportivo.


Además, para la final, todas ellas contaban con otra vestimenta, la cual también conocían desde el primer momento, aclara. Esta vestimenta “era igual de cómoda que la primera”, aunque dice preferir la falda y el top por los materiales respecto a las temperaturas de esos días. “Simplemente la marca quería dos atuendos y todos éramos conocedores de ello, no es que fuera algo oculto”.


Uniforme adecuado

La palentina señala que la vestimenta la elige la marca patrocinadora, por lo que fueron informados del uniforme desde “el momento cero”, ya que durante los entrenamientos ya conocían ambos uniformes. “Siendo sincera, llevo desde los 18 años trabajando en multitud de eventos con diversidad de atuendos –vestidos protocolarios, tacones, americana y pantalones, blusas y camisas sin gracia- y este uniforme ha sido de los más bonitos y que mejor me han hecho sentir”, subraya.


Por ello, recalca que era el “uniforme adecuado para la tarea a realizar”, a partir de unas zapatillas de tenis y de superficie de tierra que agarran adecuadamente, calcetines altos, falda con malla y top de manga larga. “Si ahora mismo lees esto, te estás imaginando el uniforme habitual de una tenista, por lo tanto, no entiendo el revuelo que ha creado esto en redes sociales”.


En ese sentido, explica que las tallas son seleccionadas por las trabajadoras y existe la posibilidad de cambiar en el caso de que no estén a gusto con las mismas. Y es que, los propios patrocinadores se preocuparon por el tema para generar una vestimenta que tuviera “su conformidad, comodidad y practicidad”, puntualiza.


Como conclusión, diría a las personas que han comentado sobre este tema que vean más tenis, tanto femenino, como masculino. Los animo incluso a que practiquen este deporte y prueben diferentes tipos de prendas hasta que encuentren la que más cómoda le resulte a cada uno. Y, por último, que escuchen, lean, pregunten y se informen bien antes de dar opiniones sobre fotos virales descontextualizadas.


Casting

Irene González detalla que, a principios de marzo, se inscribió en un casting de una agencia de eventos para realizar la tarea de recogepelotas para el Mutua Madrid Open, donde pedían datos personales, fotografías, conocimientos de inglés y disponibilidad completa para las fechas del torneo.


Tras unas semanas y varias fases, hicieron una preselección de unas 80-100 personas (chicos y chicas) con un casting presencial en la Caja Mágica, que consistía en una serie de preguntas por parte de la organización y unas pruebas físicas y de agilidad, donde debías desarrollar las tareas de un recogepelotas (correr en un circuito, lanzamiento y recepción de bolas y posición de red).


La mayoría de los asistentes a estas pruebas han practicado tenis o han sido recogepelotas varios años (tanto siendo niños como adultos), han practicado otros deportes a nivel profesional y federados, sabían varios idiomas y, algunos, se dedican al mundo de la danza o al modelaje, desgrana.


Formación previa

Para ello, la palentina traslada que han recibido una formación de dos semanas con entrenamientos de aproximadamente dos horas y media diarias, donde entrenadores profesionales de escuelas de tenis les han formado en cada labor a realizar.


“Muchos de mis compañeros han pertenecido a los voluntarios recogepelotas durante toda su vida, así que ya conocen de primera mano todo sobre el deporte y nos han ayudado mucho también en este aprendizaje”, apunta a Ical.


Los entrenamientos consistían en ganar resistencia física, lanzar y recoger las bolas de manera correcta, mejorar la agilidad, aprender sobre todas las situaciones que se pueden dar en el campo y normas del tenis, entre otras.


“La presión recaía más en mí misma que en la organización, patrocinador, entrenadora o agencia. Vas a estar expuesta en una situación que tienes que resolver con éxito y demostrar lo que has aprendido y practicado, así que como en cualquier trabajo, quieres dar lo mejor de ti misma y que el trabajo salga de manera adecuada”, asevera González.


En ese sentido, deja claro que realizan una “función bastante relevante y observada”, así que también hay que trabajar mucho en tu autoconcepto y confiar en uno mismo, porque “el público, en muchas ocasiones, sí que ha tenido algún comentario un poco desafortunado debido a la tensión del partido o del resultado”.