Según la sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial, a la que tuvo acceso Ical, los hechos ocurrieron en fecha no determinadas, pero a partir de 2011, el año en que el condenado, un hombre de nacional marroquí, comenzó a convivir con su mujer y la hija de esta, de una relación anterior, menor de edad. Aprovechando las ocasiones en que la madre se había ido a dormir, convencía a la menor de que se quitar la ropa y le realizaba tocamientos.
Otras veces entraba en el dormitorio de la menor y llegaba a introducir su pene de forma parcial en la vagina de ella, hasta el día 13 de septiembre de 2015 que volvió a hacerlo, pero esta vez, al día siguiente, la menor fue el Servicio de Urgencias pediátricas del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, donde fue revisada de las lesiones que le provocó, desencadenando la denuncia. El condenado permanece en prisión desde el 15 de septiembre de 2015, dos días después del último abuso cometido.