Según informó este miércoles la Policía Nacional, los hechos se produjeron sobre las 11.30 horas del martes cuando un responsable del centro llegó al mismo y comprobó que la puerta de una de las estancias había sido forzada y la cerradura estaba dañada. Al entrar, él y una mujer que le acompañaba, observaron que el mobiliario estaba descolocado y había varios libros tirados.
En ese momento, se percataron de que también había un joven que, al verlos, se dirigió hacia ellos lanzando patadas y comenzó un forcejeo. Trataron de retenerlo pero este consiguió zafarse y marcharse del lugar. Sin embargo, pasados unos minutos, el joven regresó al lugar, reclamando un teléfono móvil que se le debía haber caído, y fue entonces cuando consiguieron retenerlo hasta la llegada de la Policía.
Los agentes comprobaron al llegar que la puerta de la sacristía estaba forzada y su interior revuelto. Alguno de los armarios también había sido manipulado para acceder a su interior. Además, vieron que el presunto autor de los hechos tenía en el suelo varias bolsas con efectos dispuestos para llevárselos. Nadie localizó el móvil del joven, pero los policías procedieron a su identificación y detención antes de ponerlo a disposición del Juzgado de Guardia.