Los ocho detenidos en Valladolid en la operación antidroga ‘Ícaro’ se enfrentan a penas que suman casi 40 años

El dispositivo policial se saldó con la incautación de 67 kilos de diferentes estupefacientes
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Guardia Civil


Los ocho detenidos en marzo de 2021 en Valladolid dentro de la operación antidroga ‘Ícaro’ se enfrentan a penas de cárcel que suman casi 40 años en un juicio que está previsto que se inicie el próximo lunes, 6 de febrero, en la Audiencia Provincial.


La Operación Ícaro, desarrollada de manera conjunta por la Policía Nacional y la Guardia Civil en Valladolid, se saldó con la incautación de 67 kilos de diferentes estupefacientes por un valor en el mercado de 711.000 euros, así como 63.500 euros en efectivo, seis vehículos y dos armas de fuego.


Para el presunto cabecilla de la banda, José María R.F., el fiscal solicita un total de diez años y ocho meses de prisión. En concreto, pide ocho años por un delito de tráfico de drogas, dos años por tenencia ilícita de armas y ocho meses por pertenencia a grupo criminal, además de una multa de 725.000 euros. Mientras, su pareja, Yasmina I.A., se enfrenta a la misma multa y ocho años y ocho meses de cárcel por los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a banda criminal.


Para Jesús Manuel C.M, Ezequiel C.M. y José Ángel G.G. el Ministerio Fiscal solicita cuatro años de cárcel por tráfico de drogas y ocho meses por pertenencia a banda criminal, así como a una multa de 165.000 euros. Silverio. C.M. y Francisco Javier G.M., se enfrentan a dos años de prisión y una multa de 20.000 euros, mientras que la misma pena se solicita para Pablo H. L., aunque en este caso la multa asciende 60.000 euros.


La operación ‘Ícaro’ arrancó tras la explotación de la Operación Drache en enero de 2020, que estuvo centrada en el bar ‘El rincón del cómico’ y que acabó con la que detención de denominada ‘la reina del speed’, que fue imputada por varios delitos de tráfico de drogas. En el marco de esa operación se detectó que había relación con montón pequeños delincuentes. Uno de ellos era José María R.F., por lo que las investigaciones permitieron llegar hasta él y su pareja sentimental, Y.I.A, así como a otras personas relacionadas con ellos y que viajaban con frecuencia al sur de España para abastecerse de drogas”.


Uno de estos viajes se produjo el 19 de febrero, cuando un control aleatorio de la Guardia Civil interceptó en Cáceres al vehículo de los cabecillas de la banda, que portaban una placa de hachís de 98 gramos, por lo que fueron detenidos y posteriormente puestos en libertad. No obstante, en otra ‘subida’ desde el sur de España, el 3 de marzo, los agentes interceptaron una furgoneta con una bolsa de seis kilos de hachís, lo que precipitó la explotación de la Operación Ícaro hasta llegar a producirse tres registros domiciliarios: en una vivienda de la calle Celtas Cortos, donde residía el cabecilla y su pareja, en un garaje de la calle San José de Calasanz y en la calle Enrique IV de Arroyo de la Encomienda.