La otra cara de los incendios de Zamora

​Tres ganaderías de Santíbañez de Tera viven un auténtico calvario y muestran su disconformidad ante el abandono de la Junta de Castilla y León tras los incendios
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Foto: Cedida


Se fueron los focos y se quedaron las cenizas. Durante el verano, el nombre de la Sierra de la Culebra o Losacio estuvo en boca de todos, resonando por todo el país. Ambos se convirtieron en dos de los fuegos más dañinos y relevantes en cuanto a extensión de la historia reciente de España, pero eso es efímero


Solo aquellos que viven y vivieron las consecuencias de los mismos en su propia piel los mantienen presentes en su pensamiento. Es el caso de las tres ganaderías de vacuno de leche ubicadas en el municipio zamorano de Santibáñez de Tera, tres familias que lo perdieron todo durante el incendio de la Sierra de la Culebra, la comida de todo un año de sus animales. 


Las instituciones, con la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España a la cabeza, fueron los primeros en acercarse a la zona y prometer, afirmando que todos los ganaderos afectados recibirían sus ayudas prometidas, pero la realidad es muy distinta y el tiempo lo ha demostrado. Pilar Álvarez de Ganaderías La Pilarica, una de las ganaderías principalmente afectadas por el incendio afirma no haber recibido “ni un gramo de paja” desde el 8 de agosto, después de las “falsas promesas” realizadas por la Administración. 


A pesar de la dura realidad que viven tanto Pilar, como Alberto y Alfonso (ganaderos también afectados en Santibáñez de Tera), no pierden la esperanza y buscaron mediante las redes sociales ayuda, “que alguien nos diese voz y se pueda saber la verdad”, tal y como nos cuenta Pilar. 


La pasada semana, Clara San Damián, delegada territorial de la Junta en Zamora, con otros dos altos cargos de la Junta de Castilla y León, mantuvieron una reunión privada junto con Pilar, como ganadera y concejala del Ayuntamiento de Santibáñez de Tera, y el alcalde del municipio. En dicho encuentro, las autoridades comunicaron a las tres ganaderías que “no recibirían las ayudas para el ganado por el alto coste que supondría”, afirma Pilar. 


“Salí indignada, tenemos el mismo derecho que la ganadería extensiva. Yo no quiero que el resto deje de recibir ayudas, me parece bien que lo hagan, ni tampoco pedimos que se nos reponga todo, pero si el presupuesto no es elevado al menos se debería repartir equitativamente”. Por otro lado, continúa diciendo Pilar que “al final de la reunión tuvieron muy buenas palabras y nos dijeron que lo comunicarían para ver lo que se puede hacer, pero no sirve de nada, la realidad es muy diferente”. 


El sentimiento y pensamiento es muy claro: “nos han dejado abandonados”. A su vez, afirma estar agradecida con familiares, amigos y la gente del pueblo en general, los cuales ayudaron enormemente a las tres ganaderías durante el incendio: “Si no fuese por nuestros medios, amigos y gente del pueblo, no solo se habría quemado la paja, también todas las ganaderías”, y es que afirma Pilar que “el fuego llegó hasta la misma puerta de nuestra ganadería”. 


Por otro lado, el año ya iba ser complicado para estos ganaderos zamoranos, y es que, la inflación ha encarecido en gran medida el precio de la paja, lo que hace más difícil el poder recuperar los 600.000 kilos de alimento que perdió la Ganadería La Pilarica o los silos de maíz de las dos ganaderías restantes que se llevaron por delante las llamas. 


Con este escrito, ZA49 se solidariza con estos, y todos, los ganaderos zamoranos, tratando de dar voz a un problema que se lleva arrastrando meses.


Incendio de Paja

Foto: Cedida