Tras la inspección ocular y demás gestiones llevadas a cabo por los agentes de la Guardia Civil para esclarecer las causas del incendio, se estableció que se ocasionó como consecuencia de una imprudencia grave en el uso de un ahumador en una explotación apícola por parte de la persona investigada. A la vista de los hechos, se instruyeron las correspondientes diligencias que fueron remitidas a la autoridad judicial competente.
La persona investigada ha podido incumplir las condiciones exigidas en la Orden FYM/510/2013, de 25 de junio, por la que se regula el uso del fuego y se establecen medidas preventivas para la lucha contra los incendios forestales en Castilla y León.