Manuel Fariña: “Una de nuestras asignaturas pendientes, pero durante poco tiempo, es ser sostenibles energéticamente con la energía fotovoltaica. Ya tenemos un proyecto en marcha”

“Este año esperamos una cosecha sana, pero adelantada, y con una merma de cantidad por las altas temperaturas de este verano”, dice el responsable de las emblemáticas bodegas.
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Las condiciones para la próxima vendimia, la conservación del suelo, el manejo de plagas, el uso del agua, la viticultura de precisión… Charlamos con Manuel Fariña sobre la responsabilidad ambiental de las bodegas que representa.


PREGUNTA. - Cada vez más los consumidores se preocupan por el hecho de que los productos no tengan un impacto negativo sobre el planeta. ¿Qué prácticas efectúa Bodegas Fariña para mejorar la interacción de sus viñedos con el medio ambiente?


RESPUESTA. - Aparte de tener una gran superficie de viñedo certificada como ecológica, trabajamos para que la huella de carbono sea cero o incluso positiva, algo en lo que colaboramos con nuestras plantaciones de viñedo y la superficie de monte que lo rodea, que cuidamos y limpiamos, con el objetivo que el carbono que captamos en el campo sea mayor que el que emitimos.


P.- ¿La responsabilidad ambiental de Bodegas Fariña va más allá de la conservación del suelo o del manejo de plagas? Es decir, ¿se extiende, por ejemplo, al proceso de embotellado o a cualquier otro aspecto?


R. - En lo que respecta al primer punto, mantenemos cubiertas vegetales naturales en las calles de muchos los viñedos, para mantener la biodiversidad de flora y fauna. Con eso conseguimos además mayores aportes de materia orgánica al suelo, y también evitamos su erosión.


En cuanto a las plagas, hay muy pocas que nos afecten, pero en el caso de la polilla del racimo (que suele ser la más común), en algunas parcelas hacemos un trampeo para contabilizar el nivel de población de los insectos y decidir si se hace o no un tratamiento.


En otras parcelas, trabajamos con técnicas de confusión sexual, utilizando feromonas para “confundir” a los insectos y que no ataquen al cultivo.


En cuanto al trabajo en bodega, intentamos reducir al máximo el uso del agua en todos nuestros procesos industriales de producción.


P.- ¿Bodegas Fariña tiene alguna asignatura pendiente en lo que se refiere al cuidado del medio ambiente? ¿Cree que se puede hacer más al respecto?


R. - Pues una de nuestras asignaturas pendientes, pero durante poco tiempo, es ser sostenibles energéticamente con la energía fotovoltaica. Ya tenemos un proyecto en marcha en este sentido.


P.- La viticultura de precisión permite minimizar el impacto ambiental en el viñedo, pero ¿es asequible para cualquier bodega?


R.- Sí, porque la precisión no va unida a la máxima tecnología, y precisión es tomar las decisiones correctas en los momentos pertinentes, tanto en la bodega como en el campo, para trabajar de la mejor manera posible y con el menor impacto ambiental.  Es importante tomar las decisiones adecuadas, por ejemplo, para no hacer tratamientos o labores en el campo cuando no se debe y evitar ese impacto.


P.- Utilizando una viticultura moderna y sostenible se obtiene la máxima calidad de la variedad local, la Tinta de Toro. ¿Cómo la definiría?


R.- Una viticultura moderna y sostenible tiene que ayudarnos a producir uvas de la máxima calidad posible, que nos permitan elaborar vinos que mantengan los rasgos típicos de la variedad, que expresen su origen, pero que también sean del gusto del consumidor.


P.- Los amantes de la enología pueden conocer de primera mano, a través de visitas especiales, y con motivo de la vendimia, el cuidadoso proceso de recogida de la uva y elaboración de sus vinos. ¿Percibe en los asistentes cada vez más interés en lo que tiene que ver con la reducción de residuos o con el uso de productos de bajo impacto ambiental en este sector?


R.- Existe una conciencia cada vez mayor a nivel medioambiental, pero cuando la gente viene y ve como producimos, le queda claro que la agricultura o el campo no es el problema –en el caso del impacto ambiental-, es la solución.


P.- Una de las consecuencias del calentamiento del globo es el cambio en los ciclos vegetales y animales. ¿El vino de momento queda al margen o, efectivamente, la climatología provoca que en algunos lugares la vendimia se adelante o que, por ejemplo, la uva pierda aromas?


R.- Aparte de que se pueda adelantar o no la vendimia, es un hecho que los ciclos cada vez son más erráticos y menos iguales. En los últimos 10 años, hemos visto que los años climáticos son muy diferentes y menos estables. Para paliar su influencia en nuestra producción, en Fariña trabajamos con sistemas de cultivo y de poda diferentes, como el sprawl, y usamos riego deficitario por goteo en algunas parcelas, que nos permite ser sostenibles y mantener la producción.


P.- ¿Se espera una uva sana y en perfectas condiciones para la próxima vendimia? ¿Cuántos kilos se recogerán aproximadamente? ¿Se espera una cosecha récord?


R.- Pues este año esperamos una cosecha sana, pero adelantada y con una merma de cantidad por las altas temperaturas de este verano.