Nelson David Moreno Bolaños, joven colombiano de 25 años de edad, es el principal sospechoso del asesinato de cuatro hombres en Bilbao. El presunto asesino se entregó en una comisaria del cuerpo policial vasco, situada en Irún, afirmando estar dispuesto a colaborar con la Ertzaintza y negando cualquier tipo de relación con los asesinatos.
Su foto fue difundida por internet, después de que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado trabajasen durante las últimas semanas en hallar su paradero, situandolo en diferentes puntos de España, aunque el cuerpo autonómico ya habría dado la orden de detención del joven extranjero en el mes de marzo. Existía dentro del cuerpo un fuerte temor a que el presunto asesino escapase del país, tras salir a la luz varios detalles de los asesinatos.
Nelson David ya habría estado en dependencias policiales hasta en cuatro ocasiones, todas ellas anteriores a que se registrasen los cuatro asesinatos cometidos entre septiembre y octubre de 2021. Al parecer, el presunto asesino ya habría cometido delitos de estafa, lo que puede significar otra pista más para esclarecer todo lo ocurrido. Además, la policía autonómica baraja la posibilidad de que el principal sospechoso pudiese haber cometido entre dos y cuatro asesinatos más, debido a las similitudes que existen entre todos los casos que se le asignan.
El presunto asesino habría sido detenido en 2019 y 2020 por estafas con diferentes tarjetas de crédito, pertenecientes a distintos hombres con los que habría tenido relaciones sentimentales. Además, antes del presunto primer asesinato también habría sido detenido por consumo de alcohol en la vía pública. La policía podría haber identificado al joven de 25 años por diferentes tatuajes que porta en su piel, uno de ellos de contenido religioso y otro con el nombre de una mujer.
El "modus operandi" del presunto asesino en serie de Bilbao era el mismo. Contactaba con varones homosexuales a través de una red social de citas, todos ellos del Casco Viejo de la capital vizcaína. Las víctimas presentaron restos de éxtasis líquido en su cuerpo, después de que el Instituto Vasco de Medicina Legal solicitase un estudio exaustivo de las mismas. En un primer momento, las muertes habían sido calificadas de naturales, al no presentar signos de violencia en sus cuerpos.