El efecto dominó de Ucrania llega al vino

La invasión del país eslavo provoca un nuevo encarecimiento del vidrio y escasez de papel para el etiquetado y cápsulas de aluminio, que repercute en las bodegas al incrementar sus costes para embotellar el vino
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Las derivaciones de la invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa son casi infinitas en el ámbito geopolítico, social y económico. En este último, hay uno, entre la multitud de sectores afectados, de especial relevancia en Castilla y León. Se trata de la vitivinicultura y, en concreto, del embotellamiento del vino, dado que la fabricación de la mayoría de sus componentes, de una u otra manera, se ha visto afectada por el conflicto en terreno ucraniano.


En primer lugar, en relación al vidrio. Su fabricación, como explica a Ical el presidente de la Asociación de Bodegas de Ribera del Duero, Iker Ugarte, “depende mucho de la energía”, por lo que el importante alza de estos precios, ya desde finales del año 2021 pero principalmente, en el caso del gas, tras el conflicto bélico iniciado por Rusia en Ucrania, está repercutiendo en el propio coste del vidrio, cuyos fabricantes acaban incrementándolo en sus consumidores finales, en este caso las bodegas.

Esa subida, que ya se cifraba en un 12 por ciento al finalizar el año 2021, volverá a producirse en los mismos términos porcentuales en el mes de abril, como avanza el presidente de la Denominación de Origen Rueda y director general de las Bodegas Grupo Yllera, Carlos Yllera, que señala que en los próximos cuatro o cinco meses, de continuar la situación de conflicto, el aumento puede alcanzar el 30 por ciento acumulado.


Y es que “los proveedores nos han comunicado que los precios son estos hasta la próxima subida, así que no hay ninguna garantía de que se mantengan como hasta ahora durante todo el año, como sí sucedía otras campañas”, explica el presidente de la DO Rueda, coincidiendo en su balance de la situación con su homólogo en la Denominación de Origen de Toro, Felipe Nalda, que apunta que la de abril será “la tercera subida de coste” de los últimos meses y que esperan incluso una cuarta más adelante, con lo que “nos iremos a un 30 por ciento de encarecimiento en vidrio”.


Todo ello, además, “sin alternativa”. Así lo plantea, en declaraciones a Ical, Nalda, que señala que en circunstancias coyunturales similares en otros momentos se acudía a vidrieras de Portugal o Bulgaria por “tener un menor gasto de fabricación” pero que, actualmente, se encuentran “en las mismas circunstancias”, por lo que “no hay alternativa porque no hay gas”.

“La única alternativa es que el Gobierno tome medidas a nivel nacional y la UE lo haga a nivel europeo, porque esto de tirarse la pelota de unos a otros lo estamos pagando entre todos”, concluye Nalda, mientras que Yllera también confía en que “las autoridades pongan un poco de remedio a esta situación”, aligerando los costes de las empresas con una bajada impositiva en la energía “para no tener una subida de costes tan importante como la que ahora soportamos”.


“Incertidumbre total” con el papel

Si la situación es complicada con respecto al vidrio, Yllera la califica de “incertidumbre total” en relación al papel con el que se etiquetan las botellas. Un mercado de producción mundial donde “las grandes abastecedoras tienen la sartén por el mango” y donde el ámbito de actuación para frenar la escalada de precios se debe acometer, según el presidente de la Denominación de Origen Rueda, “a nivel europeo”.


Porque en lo que tanto el responsable de la DO Rueda como su homólogo en Toro y el presidente de la Asociación de Bodegas de Ribera del Duero están de acuerdo es en que es “inasumible” continuar con un aumento en el precio de esta materia prima que Iker Ugarte cifra entre el 60 y el 70 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado, dado que “las bodegas no podemos repercutir esa subida de precio en el producto final y el margen de beneficio es más corto”.


Además, la capacidad de negociación es prácticamente nula, ya que en el mercado del papel de etiquetas para botellas “hay pocas fábricas en el mundo que las realicen, y una de ellas además ha estado en un periodo de huelga, poniendo tensión”. Por ello, la única solución que de momento han podido establecer en las bodegas de estas tres denominaciones es “hacer pedidos con previsión a más largo plazo”.


Peligro de desabastecimiento de cápsulas

Esto último debido a que el problema del abastecimiento de papel es aún mayor en el caso de las cápsulas con las que se cubre el corcho y el cuello de la botella. Estos elementos están realizados con estaño y aluminio, siendo este último material uno de los que más ha resultado afectado por el conflicto entre Ucrania y Rusia, como revela a Ical el director general de las Bodegas Grupo Yllera, Carlos Yllera, señalando “retrasos por el desabastecimiento” de este elemento fundamental para ‘vestir’ las botellas de las denominaciones de origen.


Un producto cuyo aumento del precio “no ha sido tan significativo” como en papel y vidrio, al cifrarse en el entorno del diez por ciento, pero que complica la situación de las bodegas que no tengan “un ‘stock’ más alto del habitual” consignado durante los meses previos al conflicto, dado que en la actualidad “no lo permiten las fábricas porque no tienen capacidad para generar todo lo que necesita el mercado”.


“Ahora mismo, las cápsulas son difíciles de conseguir porque el aluminio, por la guerra, es difícil de encontrar”, esgrime por su parte el presidente de la Asociación de Bodegas de Ribera del Duero, Iker Ugarte, que apunta además que “las empresas que se dedican a hacer cápsulas están reteniendo pedidos y repartiendo lo que van consiguiendo”, lo que además de problemas de abastecimiento genera “un problema con los precios” porque “son muy volátiles, cada mes es diferente”.


Repercutirlo o no en el consumidor final

La situación con estos tres elementos, y con las propias botellas ya fabricadas que obliga a “pedirlas con más antelación”, en concreto las especiales por la “dificultad para que se sirvan”, lleva al sector a un “momento complicado”, como lo define Ugarte, que espera que no se prolongue “más allá del verano” por ser un punto temporal importante para el sector y donde necesitan que el mercado funcione “con normalidad”.


No obstante, la estimación es otra, como apunta el presidente de la Denominación de Origen Toro, Felipe Nalda, dado que en el cómputo de las materias primas se vislumbra para el estío una subida media “del 40 por ciento por encima de los costes normales” que podría “repercutir en el consumidor final”, aunque “habría que ver cómo responde el mercado”.

Precisamente por ese último factor no considera Carlos Yllera que se pueda repercutir en el consumidor la subida de los costes en el sector vitivinícola, dado que “además de perjudicar al cliente, hay bastante oferta de vino y el mercado no lo suele aceptar bien”. “Tenemos que marcar el precio a principio del año y aguantarlo mientras a nosotros nos incrementan los costes sin poder repercutirlos en el producto final”, reflexiona el presidente de la Denominación de Origen Rueda, que por ello también espera, como su homólogo en la Asociación de Bodegas Ribera del Duero, que el mercado “dé un respiro” en los próximos meses al sector bodeguero.