Los hechos se remontan al pasado mes octubre cuando el ahora investigado relató en su denuncia una serie de cargos no autorizados, los cuales desconocía y que fueron realizados sin su consentimiento a través de una tarjeta de crédito como pago de varias consumiciones en un establecimiento del extrarradio burgalés.
Varias incongruencias y contradicciones hicieron sospechar a los agentes, que abrieron una profunda investigación que ya, desde el primer momento, ubicó a la presunta víctima en tiempo y lugar con el local donde acaecieron los hechos, conforme a las indagaciones llevadas a cabo.
Los investigadores estudiaron la denominada “huella digital” y verificaron que hubo en total seis cargos que sumaban la cantidad de 2.732 euros, todos ellos autorizados mediante la pulsación del correspondiente PIN, teóricamente una secuencia numérica personal y secreta.
También se obtuvieron los comprobantes de los pagos realizados en el TPV y cotejada la firma allí plasmada con la propia del titular de la tarjeta, llamando la atención al ser coincidentes. Las gestiones realizadas han esclarecido los hechos y por tanto que se trata de una denuncia falsa, presuntamente para encubrir los movimientos que habían sido cargados a la tarjeta de crédito y que, se presume, podían repercutir negativamente a la empresa. Localizado en un municipio madrileño, D.G.F. fue investigado como presunto autor de un delito de simulación de delito, instruyéndose diligencias que fueron entregadas los Juzgados de la capital.