El jurado popular del crimen de la Circular considera que los seis acusados no causaron de forma intencionada la muerte a María Aguña

La Fiscalía pide ahora 14 años para cada uno de los encausados por los delitos de homicidio, lesiones, robo y pertenencia a organización criminal
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Juicio del crimen de la Circular


El jurado popular del crimen de la plaza Circular de Valladolid consideró hoy por unanimidad que los seis acusados en la vista no son culpables de causar la muerte de forma intencionada a María Aguña, y sí culpables de causar su fallecimiento de forma imprudente. De esta forma, el jurado no considera que se trate de un asesinato, tal y como mantenía Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares, y si un homicidio imprudente.


El jurado, que esta tarde dio a conocer su veredicto, también consideró a los seis acusados -Rubén Alonso Rocher, Arso Atanasov Iliev, Emil Artinov Minayan, Antón Androv Mihaylov, Gabriel Emilov Kamenov y Gabriel Mladenov Krasimirov- no culpables del delito de detención ilegal, pero si consideró que cometieron los delitos de robo, pertenencia a grupo criminal y lesiones.


De este modo, la Fiscalía actualizó sus pretensiones y entiende quelos hechos que el jurado considera probados son constitutivos de los delitos de homicidio por imprudencia grave, lesiones, robo con violencia en casa habitada en grado de tentativa con la agravante de abuso de superioridad y pertenencia a grupo criminal. Y pide cuatro años por el homicidio, tres años y seis meses por las lesiones, el mismo tiempo por el robo y tres más por pertenencia a organización criminal. Considera además que todos los acusados son coautores de los cuatro delitos.


Según sostuvo durante la vista, Rubén Alonso, dueño de una clínica dental de Pajarillos y a Arso Atanasov diseñaron un plan para asaltar la vivienda y recabaron también la ayuda de Emil Artinov. Así, decidieron ejecutar el robo el 17 de octubre de 2018, por lo que los días antes realizaron tareas de vigilancia en las inmediaciones del domicilio. Además, acordaron que Emil Artinov reclutara a otras personas para que fueran las autoras materiales del asalto, por lo que contactó con los otros tres acusados.


En la mañana del asalto, todos los acusados se reunieron en un local de Valladolid para ultimar detalles y, en previsión de la que víctima pudiera ofrecer resistencia, se desplazaron hasta una tienda para comprar cinta americana y una caja de cartón para depositar el dinero. Después, todos los encausados se dirigieron hasta la plaza Circular y allí se bajaron Antón Androv, Gabriel Mladenov y Gabriel Emilov, que minutos antes de las 13 horas lograron entrar en la vivienda de la víctima.


La Fiscalía sostuvo que los acusados arrojaron a María Aguña al suelo del pasillo, donde la propinaron varios golpes y puñetazos, tratando de que les informara donde guardaba la llave que abría la caja fuerte, dado que su búsqueda por varias dependencias de la vivienda habían resultado infructuosa.


Ante los gritos de socorro de la víctima los encausados subieron el volumen del televisor para evitar que se alertaran los vecinos, a la vez que procedieron a amordazarla con cinta americana, adhesivo que también utilizaron para atarle las manos.


Mientras tanto, el timbre de la vivienda sonó dos veces en un breve espacio de tiempo, lo que provocó que los acusados, temerosos de que alguien pudiera acceder a la casa y sorprenderles en su interior, decidieron marcharse sin haber logrado su propósito de abrir la caja fuerte, aunque si se apoderaron de varios anillos de oro que la víctima llevaba puestos.


Tras su huida, dejaron la víctima tumbada en el pasillo, con varias vuelta de cinta americana en torno a la cabeza que le cubrían desde la nariz hasta el mentón, de manera que tenía totalmente tapada la boca y de forma parcial las fosas nasales.


Una vez en la calle los acusados llamaron a Emil Artinov, que mientras que Anton Androv, Gabriel Kamenov y Gabriel Krasimirov habían estado dentro de la casa, había permanecido en las inmediaciones de la plaza Circular realizando tareas de vigilancia. Además, durante el asalto tanto Rubén Alonso como Arso Atanasov también permanecieron cerca de la plaza a la espera de que les fuera entregado el botín del robo. Los acusados habían planeado reunirse tras el asalto en un polígono industrial para hacer entrega del dinero sustraído y proceder a su reparto.


Insuficiencia cardíaca

Según sostuvo el fiscal, la violencia ejercida sobre la víctima la provocaron una situación de estrés que, unida a los traumatismos y a la dificultad para respirar que la provocaba la cinta americana, le causaron una insuficiencia cardíaca aguda que, escasas horas después de que los atacantes se marchara de la casa, le originó la muerte.


El cadáver no fue descubierto hasta el día siguiente, cuando su familia llamó a la policía alertada al no responder a sus llamadas telefónica ni abrir la puerta de casa.