La Federación de Municipios con Centrales y Embalses insta a la CHD a evitar la “sobreexplotación” de los recursos naturales en Ricobayo

Femembalses lamenta que este tipo de acciones “repercuten negativamente en el desarrollo sostenible del territorio y el medio ambiente”
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Ricobayo


La Federación de Asociaciones y Municipios con Centrales Hidroeléctricas y Embalses (Femembalses) instó hoy a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a evitar situaciones de “sobreexplotación” de los recursos naturales en Ricobayo, ya que pues acciones de este tipo, que definió como “mala praxis”, repercuten “negativamente en el desarrollo sostenible del territorio y el medio ambiente”.

Asimismo, reclamó al organismo de cuenca que vele por que Iberdrola “actúe de acuerdo a las normas de explotación del propio embalse y en consonancia con las necesidades del conjunto de agentes afectados por esta concesión, y no únicamente por sus propios intereses económicos”. Por otro lado, a colaborar con los ayuntamientos afectados y con Femembalses en la valoración de las pérdidas económicas y daños medioambientales generados y en la reclamación para compensar a los afectados.

La organización lamentó el “paisaje desértico” que ha quedado, unas 5.000 hectáreas de terrenos afectados por la bajada del nivel de embalse, que afecta a la “degradación del paisaje y unas afecciones medioambientales que contribuyen negativamente a los usos de los recursos de los habitantes de estos municipios”.


“Los usos recreativos de las zonas de embalse se ven dañados puesto que, al disminuirse tanto la superficie inundada, muchas actividades acuáticas no se van a poder desarrollar. Esto tiene repercusiones negativas, tanto a nivel lúdico y recreativo, como a nivel económico en tanto que actividades derivadas del turismo asociado al embalse del Esla se van a tener que cancelar”, denunció la organización, que se refirió también al daño medioambiental, ya que se verán “mermados los hábitats acuáticos”.


Otro aspecto que consideró en el comunicado es el “riesgo que supone para los habitantes de los municipios dependientes del Embalse del Esla”. Por un lado, “se compromete la disponibilidad de agua de calidad pues, cuanto menor es el volumen de agua embalsada, mayor es la proporción de agua de 'embalse muerto' respecto al total”. “Esta agua se caracteriza por tener mayor cantidad de sólidos en suspensión, como lodos diluidos, materia orgánica de arrastres en proceso de decantación que puede derivar en problemas de eutrofización. Incluso movilización de posibles contaminantes (como fertilizantes y pesticidas) fijados con los años en los sedimentos del fondo del embalse y que por esta situación se remuevan y vuelvan a ponerse en circulación”, advirtió Femembalses.