La mujer comunicó el hallazgo a la Guardia Civil de Zamora, que activó el protocolo de seguridad establecido para estos casos y se desplazó al lugar para determinar si se trataba de artefactos explosivos. Al examinar las granadas, denominadas Oto y Breda, del modelo 35, comprobaron que se encontraban en buen estado y que contaban con todos los elementos de fuego, es decir, detonador y carga iniciadora, pasadores de seguridad, carga explosiva y percutores, por lo que pidieron la presencia del Grupo de Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos de la Benemérita para destruir los artefactos de forma controlada.
En este contexto, la Guardia Civil recordó que este tipo de proyectiles y artefactos encontrados casualmente representan “un gran riesgo para las personas” y que no deben manipularse, sino solamente señalar el lugar y dar aviso a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
“En caso de aparición en un domicilio, en ningún caso se deben trasportar dichos objetos para dejarlos o abandonarlos en otros lugares, limitándose a avisar y esperar la actuación de los especialistas”, insistieron. “No nos podemos fiar del aspecto de estos artefactos que, a pesar de parecer deteriorados, obsoletos e inofensivos, podrían estar aún activos, pudiendo causar graves daños a las personas que los manipulen”, concluyeron.