La consejera ha defendido en varias ocasiones que la vacuna de AstraZeneca es segura, según los informes de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), cuyos estudios ponen de manifiesto que los trompos son un efecto secundario muy raro y con una probabilidad de entre tres y cuatro casos por cada millón de dosis, especialmente entre las mujeres menores de 70 años y en las dos primeras semanas después de recibir la vacuna.