El ocio nocturno ha sido uno de los sectores más perjudicados por la crisis sanitaria. La medida que obliga a cerrar las pistas de baile, además de la reducción de aforo, merma la capacidad de negocio de los empresarios de la noche, motivo por el que algunos optan por ignorar la ley con el objetivo de obtener una mayor rentabilidad.
Desde que reabrieron los locales de ocio nocturno, ha quedado comprobado que los recintos cerrados muy concurridos tienen un alto riesgo de contagio. Sin ir más lejos, una fiesta en una discoteca de Córdoba ha originado un brote que afecta a casi un centenar de personas.
En este tiempo, son numerosas las sanciones impuestas por las autoridades a los bares de copas que se han saltado el protocolo sanitario. Gran parte de las denuncias tramitadas tienen su origen en vídeos que los propios clientes suben a sus redes sociales y, más tarde, se hacen virales.
En los últimos días, varios medios de comunicación se han hecho eco del método empleado una discoteca de Murcia, que, para no dar opción a que trascendiera lo que ocurre dentro del local, repartió a sus clientes unas pegatinas para tapar la cámara de sus teléfonos móviles. “Para poder seguir abiertos. Gracias”, se puede leer.