La Ciencia siempre ha sido una de las disciplinas dominadas por el género masculino debido al marcado androcentrismo presente en nuestra sociedad en la que el sistema patriarcal se ha encargado de regular todas las relaciones políticas, económicas, sociales y culturales.
De este modo, desde los comienzos de la historia la presencia de la mujer en el área científica ha sido entendida como un hecho cuanto menos “extraño”, ya que de esta forma la mujer se alejaba fuera de la esfera privada sin desempeñar su papel tradicional de madre y esposa. Pese a ello, a lo largo de la historia han existo muchas mujeres que han destacado como científicas, en gran parte infravaloradas por sus compañeros de profesión y olvidadas por la sociedad , dado que muchas de las científicas más brillantes de la historia pasan desapercibidas dentro de los libros de texto .
La invención del Premio Nobel en Ciencia ha servido para reconocer y consagrar a los investigadores en base a un importante descubrimiento fruto de su trabajo, al mismo tiempo la concesión de éste en 1903 por primera vez a una mujer, en cierta forma supuso una buena plataforma para dar a conocer “públicamente” la labor científica de las mujeres e introducir nuevas perspectivas de pensamiento en la sociedad respecto a esta cuestión.
Asimismo, resulta necesario reivindicar a la mujer científica, al igual que la presencia de ésta en otras áreas de conocimiento reconocidas dentro del Premio Nobel, ya que al hacer balance sólo 53 mujeres fueron galardonadas en su historia frente a 844 hombres, algo que señala la evidente falta de igualdad en cuanto al reconocimiento profesional de la mujer, denominada como “desigualdad histórica”.
La labor que han desarrollado las mujeres dentro del área científica es en gran medida desconocida o cuanto menos poco reconocida por la sociedad, quizá esta idea subyace en que la historia la escriben los vencidos y no los vencedores, en este caso han sido los hombres líderes del patriarcado quienes se han impuesto a las mujeres casi desde el inicio de la vida humana.
Pese a la falta de reconocimiento, incentivo y apoyo muchas mujeres a lo largo de la historia han sido capaces de obtener grandes logros de carácter científico que han supuesto avances y progresos para la modernidad. Al mismo tiempo, se puede poner en duda si muchos de los méritos que se atribuyen a científicos correspondieran en realidad a científicas, negándoles su autoría o vinculación con el descubrimiento impidiendo de este modo su relevancia y popularidad dentro de este campo.
La oposición de los hombres a la entrada de la mujer en este tipo de profesiones totalmente alejadas de rol de cuidadora, supone una realidad férrea y constante en todos los periodos de nuestra historia. Sin embargo, el reconocimiento del Premio Nobel de Física 1903 y en Química 1911 entregados a Marie Curie supuso romper una lanza a favor de la mujer a quién se comenzaba premiar su esfuerzo y dedicación dentro de la Disciplina científica. De este modo Marie Curie se convirtió en la primera mujer científica de la historia en alzarse con un Nobel, dada la magnitud y relevancia que supuso el descubrimiento de la Radioactividad, sin darse cuenta Curie allano el camino al que se le uniría inmediatamente después su hija Irene Joliot-Curie quien siguió los hallazgos de su progenitora acerca de los elementos radiactivos y después de esta quince mujeres más abarcando así desde los comienzos del siglo XX hasta el siglo XX, es decir una lista compuesta por 17 mujeres premiadas en distintas disciplinas científicas como la Física, la Química , la Fisiología y la Medicina desde 1903 hasta ahora.
De los diecisiete nombres que aparecen en esta lista puede afirmarse que el más conocido es el de la primera galardonada Marie Curie, algo que de por si denota la falta de promoción y publicidad de la mujer científica que se venía intuyendo, ya que tendría sentido que se recordara aparte de la científica que encabeza la serie aquellos nombres más recientes de nuestra historia .No obstante, cada una de estas mujeres tiene su propia historia y no conviene generalizar, pero seguramente todas ellas poseen rasgos en común habiendo tenido que lidiar con los estereotipos y prejuicios de sus colegas científicos, haciendo frente a la realidad social de su época.
Otro punto coincidente en sus biografías es el país al que pertenecen, siendo Estados Unidos el que aparece en mayor número de ocasiones, seguido de Francia al que le suceden tres excepciones la de Reino Uinido de Dorothy Crawfoot Hodkin, la de Alemania de Christiane Nuesslein Volhard y por último Israel de Ada Yonath. El hecho de que la nacionalidad de las premiadas coincida hace que debamos plantearnos si es por azar o se debe a alguna causa relacionada con la promoción de la Mujer y la Ciencia o a un status de Igualdad de Género dentro de ese determinado país, al mismo tiempo que surge la duda de porque no hay otros países europeos en la lista que han destacado dentro del campo científico, como por ejemplo España en la figura de la gran investigadora biomolecular recientemente desaparecida Margarita Salas.
Algo parecido se observa en el tipo de ciencia, es decir, se ve como la Medicina es la disciplina que se alza con el mayor número de premios, cosa que enlaza con la idea de la Medicina como una “ciencia feminizada” y de cuidados hacia los demás (tarea socialmente asignada a las mujeres) y también apunta a la necesidad de estudio del cuerpo humano y de encontrar modos de diagnóstico y tratamiento a las enfermedades. Por tanto, la Medicina se muestra en detrimento de la Química y la Física que sólo consta de dos primeros Nobeles otorgados, dado que parecen mostrarse como campos muy masculinos.
Dentro de la lista, la edad de concesión del premio se muestra como una variable útil e interesante a la hora de entender la biografía particular y los rasgos comunes que poseen entre sí las 17 científicas galardonadas con el Premio Nobel, observándose diferencias de edad significativas que abarcan desde los 36 años de Marie Curie la más joven en recibirlo y los 84 años de Tu Youyou la más tardía a la que se lo concedieron.
17 nombres de mujer que han pasado a formar parte de la historia de la ciencia
Marie Curie
Irene Joliot-Curie
Gerty Cory
María Goeppert-Mayer
Dorothy Crawfoot Hodkin
Rosalyn Yalow
Barbara McClintock
Rita Levi-Montalcini
Gertrude Elion
Christiane Nüsslein-Volhard
Linda Buck
Françoise Barre-Sinoussi
Ada Yonath
Elizabeth Helen Blackburn
Carol W. Greider
May-Britt Moser
Tu Youyou
Por tanto, la existencia de la brecha de género en ciencia queda más que probada, conceptuándola a esta como “la imposibilidad de la mujer para acceder al área de la ciencia través de los estudios, primarios, secundarios y universitarios, ya que este área es propio de los hombres”.
Del mismo modo, cabe poner de relieve las dificultades que tienen las mujeres para ocupar puestos directivos en laboratorios o ser las directoras o titulares de proyectos de investigación científica, algo que enlaza con los fenómenos de “suelo pegajoso” y “techo de cristal” tan presentes en nuestra sociedad y que sirven para evidenciar la situación de desigualdad entre mujeres y hombres.
El Premio Nobel es un indicador más en este aspecto y a través del cual puede observarse la diferencia entre el número de mujeres y hombres ganadores, 53 mujeres frente a 844 hombres una abismal diferencia que hablar por si sola.