España ha sufrido una serie de cambios a nivel demográfico, debido principalmente al crecimiento de las migraciones de las áreas rurales hacia las zonas urbanas, floreciente en la década de los sesenta y siguientes, provocando un notable descenso del número de habitantes en el espacio rural así como un envejecimiento progresivo de la población signo actualmente evidente.
Asimismo, como concepto de Mujer rural podemos entender aquella mujer que reside dentro de una zona rural, no obstante debe señalarse que no se encuentra una figura de “mujer rural” como tal, dado que no existen una serie de características propias que le puedan ser atribuidas a las mujeres por vivir en este medio.
No obstante, debe remarcarse que muchas de las mujeres que residen dentro del área rural no desarrollan una actividad laboral en el propio entorno sino que se trasladan a la ciudad para desempeñar su trabajo, esto supone un choque con la realidad anterior de la “mujer rural” dedicada históricamente a la crianza de los hijos, las labores domésticas y empleadas de forma subsidiaria en las actividades relacionadas con la agricultura y el cuidado del ganado.
Con frecuencia la actividad laboral que desempeñaban no era reconocida como tal socialmente, ni valorada económicamente ya que actuaban como mano de obra gratuita, enmarcándose a menudo dentro de una economía de subsistencia.
A la hora de analizar el papel de la mujer rural se debe contextualizar su presencia dentro del entorno rural así como señalar aquellas dificultades y problemas propios del área rural dentro de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Existen una serie de fenómenos que afectan de forma negativa a la zona rural de Castilla y León, generando así diversos problemas, siendo el principal la despoblación.
En líneas generales puede decirse que la despoblación del medio rural ocurre fundamentalmente por dos razones: el curso migratorio de la población hacia las áreas urbanas y la nula o escasa natalidad unida al elevado envejecimiento de la población, tal y como aseguran Atance, Gómez- Limón y Rico en la “Revista de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo Rural”:
…en los últimos 50 años los municipios de menos de 2.000 habitantes de Castilla y León (el 95% del total de municipios de la Comunidad Autónoma) hayan reducido su población en más de un 58%. En algunas zonas específicas esta reducción ha sido mayor, e incluso algunos pueblos han sido abandonados por completo. En cualquier caso conviene aclarar que esta dinámica regresiva no ha cesado. Así, hoy en día la región sigue sufriendo las negativas consecuencias del ininterrumpido despoblamiento de su territorio, si bien con una intensidad menor a la de décadas anteriores.
Por tanto, Castilla y León es una de las comunidades que se han visto más afectadas por el fenómeno de la despoblación en las áreas rurales, siendo esta una pauta continua y constante que parece no descender, sino incrementarse.
Al mismo tiempo, existen otra serie de circunstancias interrelacionadas con el factor despoblacional que repercuten en la población del medio rural y que son percibidas como problemas.
La falta de trabajo se traduce en una elevada tasa de desempleo que obliga a la población rural a migrar hacia las áreas urbanas donde existen más oportunidades laborales, a esto se une la percepción de deficiencias en las infraestructuras, accesos y transportes junto con la carencia de servicios (médicos, educativos, comercio) y actividades de ocio respecto a las establecidas en las ciudades.
A su vez, existe un progresivo envejecimiento de la población que hace visible la escasez de población joven, la percepción de la zona rural está marcada por la falta de recursos financieros y políticos así como por el empeoramiento y mala situación actual de la agricultura y ganadería, tal y como aparece en la tabla:
En definitiva, se puede señalar que el principal problema es la despoblación y abandono de las zonas rurales que posee el 28,1 % sobre el total de las personas seleccionadas en la muestra, por el contrario el empeoramiento y la mala situación actual de la agricultura y ganadería es percibida con el 1,4 % sobre el total, siendo este el problema al que se le ha dado menor importancia.
A la hora de analizar aquellos factores entendidos como problemas que afectan al entorno rural dentro de la provincia de Zamora, se observa que estos no son muy distintos a los ya enunciados en la comunidad de Castilla y León.
Por lo que las principales problemáticas del medio rural zamorano podrían sintetizarse en estos cuatro fenómenos:
o Despoblación
o Baja natalidad
o Masculinización del medio
o Envejecimiento demográfico
De esta forma, conviene señalar el factor de la masculinización de la población rural como una de las principales causas del elevado envejecimiento demográfico de éstas áreas. La masculinización es un problema propio del medio rural ya que en las zonas urbanas no existe una diferencia demográfica tan marcada que se hace visible fundamentalmente en los grupos de edad joven y adulta, algo que sirve de explicación a la escasa tasa de natalidad en estas áreas.
Las mujeres son en gran parte responsables del fenómeno despoblacional dado que abandonan la zona rural en busca de nuevas oportunidades laborales, debido a los escasos yacimientos de empleo que ofrece el medio rural, algo que enlaza con déficit de infraestructuras y servicios públicos, vigente en los municipios rurales de Castilla y León.
Por tanto, debe focalizarse la atención en aquellas circunstancias que obligan a las mujeres a abandonar el medio rural, tales como infravaloración, falta de reconocimiento y remuneración de las tareas domésticas históricamente desempeñadas por las mujeres unido a la falta de oportunidades de empleo y al bagaje cultural del patriarcado que refuerza los roles machistas especialmente en el área rural.
Por último, debe decirse que la cuestión de la Mujer rural necesita abordarse en mayor número de estudios e investigaciones para posibilitar la creación de nuevas políticas públicas específicas en esta área, para generar de este modo una revitalización de los municipios españoles.
Alba Prieto