Los sacerdotes zamoranos celebraron ayer el día de su patrón en el Seminario de Toro, lugar emblemático para todos ellos por cuanto acogió la formación de la gran mayoría de los curas de esta diócesis.
En los próximos meses irá recuperando la intensa actividad de épocas pasadas convirtiéndose en la nueva casa de asociaciones, colectivos y clubs deportivos de la ciudad.