UGT Servicios Públicos de Zamora reclamó hoy un sistema contra incendios “público, con personal formado, con una categoría reconocida y en continua formación” y advirtió a la Junta de Castilla y León del “fracaso” del sistema, al tiempo que pidió a la Administración autonómica que “se tome en serio” la extinción de incendios y el reconocimiento de la figura del bombero forestal.
“El trabajo es de doce meses. Cuando vienen tiempo adversos, se apagan los incendios y, cuando hay menos fuegos o no hay, los trabajadores deben hacer otros servicios para que, al llegar el verano, el campo no esté en óptimas condiciones para que se propaguen los incendios”, señaló el secretario general de UGT Servicios Públicos Castilla y León, Tomás Pérez.
“La Junta tiene que empezar a pensar que el sistema antiincendiso tiene que ser público. Como no hubo grandes incendios en los dos últimoz años, el consejero de la Presidencia ralentizó el cambio de la relación de puestos de trabajo. Exigimos un cambio en el colectivo antiincendios y no vamos a firmar ningún acuerdo en el que no se reconozca el bombero forestal, con formación continua y un buen plan de mando”, recalcó.
En este contexto, Tomás Pérez insistió en que la Junta de Castilla y León “tiene que asumir el mando de una manera integral y no dejar las cosas como si fuera un reino de taifas”.
Tomás Pérez hizo estas declaraciones en el Salón de Actos de la sede de UGT Servicios Públicos Zamora, durante el análisis de la gestión realizada por la Junta de Castilla y León en la prevención y extinción de los incendios.
“Abandono institucional”
Por su parte, la secretaria de los sectores Local y Autonómico de UGT Servicios Públicos Federal, Victoria Corbacho, aseguró que la organización sindical está “horrorizada” por ver cómo España, Castilla y León y, en especial, Zamora y León “están siendo arrasadas en el que, seguramente, sea el incendio más grande” en el país. “Cuatro muertos, decenas de heridos, miles de hectáreas quemadas, miles de vecinos obligados a abandonar sus casas y gente que lo ha perdido todo. Cada hectárea que se quema es un recordatorio del abandono institucional”, aseguró.
“Cuando no se invierte en prevención ni en contratación, acabas disfrazándote de bombero, como el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez”, criticó.
Victoria Corbacho recordó que la Ley de Bomberos Forestales establece el marco regulador básico del colectivo para “homogeneizar” sus condiciones y funciones en el ámbito nacional. “Hay un período transitorio de un año y faltan menos de tres meses para su aplicación. Estamos a la espera. Queremos un reconocimiento de enfermedades profesionales, la prevención de riesgos laborales y la formación obligatoria y continua”, rubricó.
“No se están respetando las jornadas de trabajo, con jornadas de hasta más de 20 horas. Los avituallamientos de comida y agua, tarde y mal. Tenemos conocimiento de casos de compañeros deshidratados y con calambres”, subrayó.
Asimismo, hizo hincapié en que “lo que salva al pueblo es lo público” y apostilló: “Tenemos que recordar al señor Mañueco y al señor Quiñones que los incendios no se apagan en verano. Vamos a estar vigilantes y recopilaremos todos los datos para iniciar las medidas legales oportunas”.
“Cóctel explosivo”
El secretario general de UGT Servicios Públicos Zamora, Raúl Castaño, recalcó que los incendios de las últimas semana responden a un “cóctel explosivo” con cuatro “ingredientes”, en referencia a unas condiciones meteorológicas “totalmente adversas”, a la “falta de prevención”, al “absoluto abandono” del mundo rural y a la “falta” de personal cualificado, de la que “es culpable” la Junta de Castilla y León. “Muchos trabajadores fueron contratados directamente del Servicio Público de Empleo, sin ningún curso de formación, trabajando hasta 22 horas seguidas y sin medios. Algunos tuvieron que poner de su bolsillo para comprar el kit de respiración y lavar sus propios uniformes. Y no entramos en temas salariales”, enumeró.
“Estamos cansados de oír que los incendios se apagan en invierno. No se han hecho los trabajos de cortafuegos y desbroce. No funcionaban las emisoras de radio y tenían que hablar con sus teléfonos. Llegaban cuadrillas al incendio y estaban dos horas sin hacer nada porque nadie les daba órdenes o las daban de forma contradictoria”, concluyó.