Las fechas en las que las Perseidas alcanzarán su máximo esplendor

​Durante su pico máximo, el fenómeno podrá ofrecer “hasta 50 meteoros visibles por hora”.
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La tradicional lluvia de meteoros de las Perseidas, también conocidas como Lágrimas de San Lorenzo, alcanzará su punto máximo de actividad entre la noche del 12 y la madrugada del 13 de agosto, ofreciendo “uno de los espectáculos astronómicos más esperados del verano”.


Así lo informó el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), señalando que, aunque la actividad comenzó ya en la segunda mitad de julio, actualmente “solo pueden verse entre una y dos estrellas fugaces por hora”. Sin embargo, durante su pico máximo, el fenómeno podrá ofrecer “hasta 50 meteoros visibles por hora” en condiciones ideales, lejos de la contaminación lumínica de las ciudades. En cielos completamente oscuros, el número “podría duplicarse”, aunque este año la “fase de cuarto menguante de la Luna”, que aparecerá a medianoche, podría “dificultar la observación de los meteoros más débiles”.


Las Perseidas son fragmentos del cometa 109P/Swift-Tuttle, que deja tras de sí una larga estela de polvo y partículas cada vez que se aproxima al Sol. La Tierra cruza anualmente esa corriente de restos entre mediados de julio y finales de agosto. Al entrar en la atmósfera terrestre a velocidades superiores a 210.000 kilómetros por hora, estos fragmentos, llamados meteoroides, se calientan por fricción y se desintegran formando un brillante destello de luz: el meteoro o estrella fugaz.


Desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía destacaron que “no se necesita telescopio ni material especializado” para disfrutar del evento. Basta con “mirar al cielo desde una zona oscura y libre de luces artificiales”, preferentemente en “las horas previas al amanecer”. El punto desde el que parecen provenir los meteoros, el denominado “radiante”, se sitúa en la constelación de Perseo, visible tras el anochecer.


Además, algunas Perseidas también “impactarán contra la superficie de la luna”, que carece de atmósfera y no puede frenar los meteoroides. Los impactos, que pueden alcanzar una temperatura de hasta 5.000 grados centígrados, “generan pequeños cráteres” y destellos visibles con telescopios especializados. No obstante, en 2025, la mayoría de estos impactos “tendrán lugar en la cara oculta de la luna”, por lo que su observación desde la Tierra “será improbable”.


La contaminación lumínica, sin embargo, sigue siendo “uno de los mayores enemigos de este tipo de fenómenos astronómicos”. El exceso de iluminación artificial “impide ver las Perseidas más tenues” y “reduce significativamente la experiencia”. Por ello, El Instituto de Astrofísica de Andalucía recomendó “desplazarse a zonas alejadas de núcleos urbanos para disfrutar de la belleza natural del cielo nocturno”.