Conferencia- Sin acuerdo en la cumbre del ‘pinganillo’

Los presidentes del Gobierno y las comunidades cierran la cita de Barcelona sin alcanzar ningún pacto en vivienda, financiación o inmigración y con la tensión en máximos.
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La XXVIII Conferencia de Presidentes, celebrada en Barcelona, será recordada como la cumbre del ‘pinganillo’ pues fue la primera en la que algunos dirigentes pudieron utilizar además del castellano, el resto de lenguas cooficiales del Estado. No hubo oportunidad para el acuerdo en una cita que arrancó con cierta cordialidad, salvo algún choque inicial, y terminó con la tensión política en máximos.


Lo sucedido en el Palacio de Pedralbes de la ciudad condal este viernes es un preludio de lo que ocurrirá el domingo en Madrid, donde está convocada una manifestación contra la corrupción por el Partido Popular. Como anticipo, sus presidentes pidieron en bloque la convocatoria anticipada de elecciones generales, una demanda que parece no atenderá el presidente Pedro Sánchez, aunque algún barón socialista se preguntó en los corrillos finales para qué continuar con esta legislatura, informa Ical.


El buen ambiente de primera hora, con los saludos de los presidentes más madrugadores, entre ellos del castellano y leonés Alfonso Fernández Mañueco, se torció poco después. Rostro serio y frialdad en los apretones de manos mostró la madrileña Isabel Díaz Ayuso, quien le espetó a la ministra de Sanidad, Mónica García, líder de Más Madrid, si iba a besar a una “asesina”.


Este hecho, junto a otro intento de saludo entre el valenciano Carlos Mazón y la ministra Diana Morant, no impidieron que reinara la tranquilidad en la foto de familia con Felipe VI, ni tampoco en los tradicionales corrillos en los que por ejemplo se produjo una conversación animada entre Mañueco, la balear Marga Prohens o la propia Díaz Ayuso, entre otros como el asturiano Adrián Barbón o el gallego Alfonso Rueda.


Sin grandes protestas en la calle y en calma transcurrió este inicio de la conferencia, como las declaraciones institucionales de Sánchez y del presidente catalán, Salvador Illa, quienes apelaron a la responsabilidad compartida y el espíritu constructivo de los asistentes. Su petición fue, sin duda, como predicar en el desierto, pues no hubo ni rastro del consenso, ni dentro de la reunión, ni tampoco fuera en la sucesión de ruedas de prensa de los mandatarios autonómicos y ministros. 


Ya con cierta tensión, pasadas las 10.30 horas, Sánchez hizo su primera intervención en el plenario ante los presidentes autonómicos y dejó sobre la mesa el acuerdo ya avanzado esta semana en vivienda y un fondo de 175 millones para la financiación infantil de cero a tres años.


Sin embargo, la intervención en euskera del lehendakari Imanol Pradales hizo que Díaz Ayuso cumpliera su advertencia y abandonara la sala donde ocupaba su puesto junto a Fernández Mañueco, que según ha trascendido, se quedó, pero no utilizó el auricular, bautizado como ‘pinganillo’, para recibir la señal de la traducción. Illa también utilizó el catalán y la navarra María Chivite el vasco, mientras Rueda o Mazón sólo usaron sus lenguas en los saludos iniciales y Barbón, el bable.


Ya cuando la mañana llega a su fin, sobre las 14.00 horas, Fernández Mañueco tomó la palabra para fijar la posición de Castilla y León sobre un orden del día de 14 puntos, que incluía la vivienda, la financiación autonómica, las redes energéticas, la inmigración o los servicios ferroviarios. Él, como el resto de barones del PP, exigieron elecciones anticipadas, si bien Sánchez, en esta ocasión, no recogió el guante y descartó esta opción.


Tras cerrarse el primer turno, tomó la palabra Sánchez y se produjeron las preguntas, reconvertidas en turno de réplica. Precisamente, ahí fue cuando el presidente del Gobierno cortó a Emiliano García-Page cuando cuestionaba los acuerdos con los socios del Ejecutivo. Sobre las 15.19 horas, se dio por cerrada esta conferencia, que ya tiene a Asturias como sede de la próxima edición, aunque no fecha fijada en el calendario. Las comparecencias ante la prensa, con cierto anticipo sobre la previsión inicial, pusieron el broche a la cumbre.