El presidente del sector autonómico de Administración General de la Junta de CSIF y bombero forestal, Agustín Angulo, señaló que se incumplen parte del acuerdo alcanzado en 2022 entre la parte social y la Junta. Como “una de las medidas estrellas, que los trabajadores del operativo estuvieran 12 meses y todavía no se ha hecho la modificación. Tienen contratos precarios” señaló y comentó que algunos acumulan años de contrato para luego ser despedidos.
“Nosotros estamos abiertos a una negociación, pero durante las reuniones del borrador de decreto de guardias nos estaban diciendo que no sistemáticamente a todo”, añadió. En general, dijo, faltan muchos medios y mejoras para que el operativo no sea precario. “Quien le sufre son los ciudadanos de las zonas rurales de Castilla y León”, remarcó.
Por su parte, la agente medioambiental y delegada de CSIF, Sara Mateos, aludió a las reclamaciones de su colectivo y dijo que van más allá de mejorar las condiciones laborales. “Estamos reivindicando que se proteja a la ciudadanía y al medio ambiente de Castilla y León. Nos responsabilizamos de la seguridad tanto de bomberos y bomberas forestales como de ciudadanos,
nos aseguramos de que se cuiden los recursos naturales y de que cuando, por ejemplo, una empresa contamina haya consecuencias”, detalló y esas funciones, dijo, se llevan a cabo “con mucha inseguridad porque no tenemos una norma autonómica clara que nos regule; por eso necesitamos una Ley de Cuerpo de Agentes Medioambientales y no entendemos por qué la Junta está en contra”. También aludió al decreto de guardias de incendios, que determina la cobertura que se da en los entornos rurales en caso de un incendio forestal. Considera que la propuesta de la Consejería es “ridícula”, con un agente medioambiental para cubrir cientos de kilómetros para atender un incendio al que se pueda tardar horas en llegar, cuando precisamente ”para evitar que el incendio se descontrole, lo más importante es una rápida actuación”.
“La consecuencia de esto se traduce en que Castilla y León va a ser un territorio más inseguro, más vulnerable ante una catástrofe por incendio forestal”, añadió antes de concluir que “el operativo flexible que presenta el consejero de Medio Ambiente en realidad es mirar para el cielo, esperar que llueva y si se lía ya veremos cómo lo solucionamos y esto es una falta de respeto y de responsabilidad tanto para el colectivo de agentes medioambientales, para los bomberos y bomberas forestales, pero sobre todo para la ciudadanía”.