Pilar de la Higuera: "Me motivó y me sigue motivando mi madre. Falleció y el cariño que le di a ella intento dárselo a los pacientes"

Su labor al frente de AZAYCA le ha hecho merecedora del Tierras de Zamora a la Solidaridad 2025. La asociación que encabeza con compromiso, amor y verdad se ha convertido en un lugar que acompaña y permite a los pacientes de cáncer sentir sin juzgar. Hablamos con ella sobre la evolución, los logros y retos de la agrupación y de personas como Gerardo, que impulsaron su creación. ​
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Calle de San Miguel, 4. Hablamos de la ubicación donde el cáncer dejó de ser un tabú hace un tiempo para convertirse en una palabra que se afronta con manos entrelazadas. Ese lugar emplazado en la capital lleva por nombre AZAYCA, y en su alma está Pilar de la Higuera. Un día, la presidenta de la Asociación Zamorana de Ayuda frente al Cáncer decidió transformar la pérdida de su madre por esta enfermedad en impulso. El amor que le profesaba a su progenitora lo reparte ahora entre quienes acuden a sus brazos. Lo suyo no es heroicidad, es humanidad pura.


Aquello que arrancó con un diminuto grupo y muchas ganas de ayudar se ha convertido, seis años después, en una red sólida de acompañamiento real. Más de 200 personas han encontrado en la asociación zamorana un refugio donde no se exige valentía; úncamente verdad. “¿Cómo voy a ser valiente si estoy muerta de miedo?”, se pregunta más de una paciente, y en esa frase reside el núcleo de esta agrupación: permitir sentir sin disfraz, sostener sin juzgar. Porque aquí no se lucha en soledad, aquí se pone todo en común, incluso el llanto. “Esa lágrima que comparto con vosotros se la quito a mi familia”, manifestaba a nuestra protagonista otro paciente. Y ese gesto sencillo y profundo resume el sentido de este apacible lugar.


Esa entrega sincera bien vale el Premio Tierras de Zamora a la Solidaridad 2025, un galardón que se entregará el próximo 14 de junio en Villarrín de Campos con motivo del Día de la Provincia. La noticia ha supuesto para Pilar mucho más que un reconocimiento; vive este momento como un abrazo colectivo: “Es un premio de todos y para todos”, afirma. Y en esa frase cabe cada historia, cada abrazo en la sala de espera, cada conversación que empieza con miedo y termina con alivio. Porque AZAYCA no es solo una asociación, es una casa con las puertas abiertas donde las personas encuentran apoyo profesional, pero, sobre todo, calor humano.


Aquí la palabra “acompañar” ha sustituido a la de “luchar”. Aquí la vida se celebra incluso en los días difíciles. Porque, como confiesa Pilar, cuando se trabaja con amor, con compromiso y con verdad, lo que se crea no es solo una red de ayuda. Es una familia. Y Zamora entera lo está empezando a entender.


PREGUNTA.- ¿Cómo se siente una al saberse reconocida por un galardón tan preciado como el Tierras de Zamora?

RESPUESTA.- A mí, a nosotros, nos ha supuesto una emoción enorme porque es un premio colectivo; de todos y para todos. Supone un reconocimiento al esfuerzo de seis años de muchas personas que han contribuido a prestar un servicio imprescindile a los pacientes. Por eso, quiero que sea un homenaje también para ellos.

P.- Cuéntanos cómo ha evolucionado la asociación.

R.- La evolución ha sido enorme. Nació para poner en marcha el ejercio terapéutico oncológico en pacientes. Empezamos con un grupito pequeño, de dos o tres personas, y hemos atendido ya a cerca de 200 personas. Además, están funcionando siete grupos de ejercicio terapéutico. En poco tiempo, fuimos incorporando nuevos servicios como el transporte social, la atención psicológica, tanto individual como en grupo, el apoyo nutricional y, más recientemente, la información jurídico-laboral, un recurso importante porque, a veces, el diagnósito de cáncer conlleva otra problemática como la situación laboral, en unos casos, o la tramitación de una jubilación, en otros.

P.- En AZAYCA no sólo se ofrece apoyo a pacientes, sino también a sus familias. ¿Cuáles son las necesidades emocionales y prácticas que se detectan como mayor frecuencia?

R.- El primer diagnóstico resulta impactante y pone en shock a todas las personas y a sus familias. Supone un desequilibrio importante a todos los niveles, incluso organizativo, porque hay que someterse a muchas pruebas y hay familias con niños pequeños. Es complicado a todos los niveles: emocional, físico y organizativo en la unidad familiar. En esa fase contamos con el apoyo de los psicólogos porque los familiares no saben cómo abordar el tema.


Solemos escuchar las palabras "sé valiente" y estamos trabajando eso. "¡Pero si estoy muerta de miedo! No puedo ser valiente", suelen pensar los pacientes. Hay que permitirles que expresen sus sentimientos. No puedes avergonzarte por no ser valiente porque no tienes por qué serlo. Pretendemos ofrecer todas los herramientas que podamos para que gestionen de la mejor manera un diagnóstico que no ha sido buscado. Algún paciente decía que ha sido una oportunidad para sentir el cariño de su familia y para conocer nuevas personas. Esa resiliencia tiene que ser preparada, necesita poseer recursos y nosotros damos ese cobijo. Queremos que no se encuentren solos y que dispongan de ese apoyo necesario.


Pilar de la Higuera


P.- La palabra "acompañar" aparece con frecuencia en vuestra labor. ¿Qué significa para ti "acompañar" en un contexto como el del cáncer?

R.- Queremos acompañar y acoger, pero también dar un apoyo profesional acorde al tratamiento. Nos preocupan mucho las dos cosas: el aspecto emocional, el acogimiento, pero también el apoyo profesional que no pueden dar los servicios públicos, como el ejercicio terapéutico. La asociación tiene profesionales muy capacitados para poder ofrecer este apoyo. No sólo con el acompañamiento emocional podemos ayudarles. 

P.- ¿Cuáles son esos proyectos o iniciativas que te hacen sentir más orgullosa de vuestra asociación?

R.- El ejercicio terapéutico, sin duda. Cuando empezamos en 2019 no se hablaba del ejercicio terapéutico con pacientes oncológicos durante y después del tratamiento y ahora ya lo recomiendan todos los oncólogos. Nosotros tenemos que agradecer a una oncóloga zamorana que trabaja en Puerta de Hierro, la que impulsó este proyecto, y, también, hay que subrayarlo, al jefe de Servicio de Oncología de aquí, el doctor Álvarez, que acogió la iniciativa y la apoyó. Si no, no habríamos empezado. Pasamos de tener 3 o 4 pacientes a siete grupos, como decíamos al inicio. 


Por otro lado, me siento orgullosa del transporte social. Hemos recibido el Premio a la Innovación Social de Fundos, precisamente por este programa. Está subvencionado por la Diputación y por los propios socios y con él llegamos a todos los rincones de la provincia. Zamora es eminentemente rural y debemos atender a esa ruralidad. Es lo que estamos haciendo. Por otro lado, son muy importantes también todos aquellos proyectos que iniciamos como el apoyo nutricional, la presoterapia y la información jurídico-laboral. Asimismo, nos sentimos muy orgullosos de nuestros voluntarios.

P.- ¿Qué valor tienen esos voluntarios en vuestro día a día?

R.- Son fundamentales. Primero, por la ilusión que nos transmiten, y después, para poder desarrollar todos los proyectos. Parece que yo soy la cara visible, pero conmigo hay muchas personas como las que forman parte de la Junta Directiva. Yo las considero también voluntariado porque dan todo el tiempo del mundo. 

P.- ¿Qué tenemos que hacer para ser voluntarios?

R.- Abrimos las puertas a todo el mundo que quiera pasar y conocermos por la mañana o por la tarde. Ser voluntario es dar el tiempo que tú quieras y como tú quieras. También se puede ser socio sin compromiso, pues no exigimos cantidad ninguna: se puede dar lo que se quiera. Esa es nuestra realidad. Nuestra sede abraza, acoge y anima. Lo hemos conseguido.

P.- ¿Cómo se trabajan desde AZAYCA las campañas de sensibilización?

R.- Trabajamos en las campañas de prevención dirigidas a Infantil, a Secundaria y a la población adulta. Para este ultimo grupo trabajamos la prevención a través de esos días conmemorativos que parece que te invitan a llamar la atención. Nos dirigimos a aquellos factores que son controlables y que inciden directamente en la prevención del cáncer, como son el tabaco, el alcohol, la vida sedentaria... También atendemos al cribado, el del cáncer de colon, las revisiones de cáncer de mama... las que están pautadas por los servicios sanitarios para que la gente se acoja a ellas. Trabajamos todos los tipos de cáncer en los días conmemorativos a nivel mundial. Dentro de poco es el cáncer de piel, así que incidiremos en los factores que podemos controlar como la exposición al sol o a las lámparas solares, que, aunque no lo parezca, son igual de peligrosas o más que el sol.


En la poblacion infantil trabajamos cada año con un lema diferente. Esta vez nos hemos centrado en las frutas y verduras, transmitiendo a los pequeños los hábitos saludables desde la infancia. Con eso elaboramos un calendario escolar para todo el curso a través de dibujos que ellos mismos crean y que reflejan ese lema. En Secundaria hacemos hincapié en el alcohol y el tabaco. Organizamos un concurso en enero para que elaboren un cartel, seleccionamos uno y es el que utilizamos para el Día sin humo en mayo.


Vamos a fomentar la prevención mucho más porque vamos a abrir la asociación para el ejercicio físico en la propia sede. La sede tiene que estar abierta a pacientes y a la población en general. Tiene que ser una sede que también trate la prevención y, por tanto, hablar de prevención es hablar de personas que no sufren cáncer. Vamos a organizar muchas actividades encaminadas a esto. La sede es para todos; está hecha con el esfuerzo de muchas personas y de las instituciones que nos arropan y nos ayudan. También, por ejemplo, con el esfuerzo de identidades bancarias como pueden ser Caja Rural, a la que se han unido también Ibercaja y La Caixa. Esta casa tiene que ser la casa de todos.


P.- ¿Cómo podría mejorar esa unión con las instituciones, entidades, empresas...?

R.- Según avanzan los proyectos, tenemos que avanzar también en las ayudas a nivel institucional. Nos apoyan la Diputación y el Ayuntamiento y este año también lo ha hecho la Junta de Castilla y León en un programa de mujeres con cáncer de mama. Nos ayudan también empresas como Tecozam, Barco Dragón o Grupo 76. Por otro lado, en esta obra de la sede que hemos estrenado también han colaborado muchas empresas de construcción como Paco Mateo, Fonntanería Zazo... Iremos poco a poco presentándoles nuestro trabajo. Nos vamos a dirigir a empresas de Zamora porque somos de Zamora.

P.- ¿Qué te motivó personalmente a dedicarte a la lucha contra el cáncer desde esa vertiente asociativa y solidaria?

R.- Yo vengo del mundo de la educación. La oncóloga zamorana a la que aludía al inicio vino con todo su equipo, dio una conferencia en la que nos transmitió la importancia del ejercicio oncológico para los pacientes. Sabía que yo estoy muy sensibilizada y comprometida con esa causa porque varias personas de mi familia fallecieron de cáncer. Mi madre, entre ellas. Me pareció que podía hacer algo por los pacientes oncológicos gracias a ese compromiso social que tengo con la educación.


Azayca


Agradezco a todas esas personas que empezaron conmigo porque una persona sola nunca hace nada. Doy mil gracias a quienes me acompañaron desde el primer momento. A Puri, a Ana, a Martín... los nombres que empezaron conmigo. Ahora tenemos una Junta Directiva muy comprometida. Son gente muy profesional, muy entregada. Me motivó y me sigue motivando mi madre. Falleció y el cariño que le di a ella intento dárselo a los pacientes. 


Siempre les digo que son el motor. Ver que están bien atendidos, que disfrutan y que mejoran su calidad de vida es un incentivo para mí y para toda la Junta Directiva. Recibimos muchísimo cariño. Si no fuera por ellos y el voluntariado, esto no se podría hacer. 

P.- Cuando hablamos de cáncer, todos los casos tocan el corazón, pero ¿existe alguna historia que te haya marcado especialmente en este periplo?

R.- Hay muchos casos, claro que sí, pero destaco el del socio número uno: Gerardo Aliste. Gerardo, de alguna forma, me empujó a crear la asociación. El dijo: "Me habéis dado la vida durante cuatro años". Ya ha fallecido, pero impulsó la formación de esta asociación; nos llevaba las cuentas al milímetro. Él y otros compañeros como pueden ser Lola, Mar, que nos enseñó a hacer collares, Mari Jose, que pintaba maravillosamente... Recuerdo a mucha gente. También he disfrutado siempre del apoyo de amigas; de algunas que he perdido, como María José Cuadrado, y de otras que están conmigo, como Angelines o Pepa. En definitiva, tengo una troupe de gente que es la que me ha llevado a tomar decisiones en la vida que me comprometen, pero que también me dan motivaciones, ilusión, alegría y ganas de trabajar.

P.- En estos años de labor ¿has sentido que ha cambiado la manera en la que la sociedad zamorana se enfrenta al cáncer?

R.- Antes se ocultaba mucho la palabra. Mi madre, por ejemplo, no quería que la pronunciáramos. Casi como si se avergonzara de tener cáncer. Ahora se expresa, se dice. Mira, un paciente me comentaba: "Esa lágrima que comparto con vosotros se la quito a mi familia de sufrimiento". Eso también es importante.

P.- Compartir lágrima y también, alegría. ¿Alguna actividad para sonreír próximamente con AZAYCA?
R.- Sí. Vamos a organizar un arroz a la zamorana para las fiestas de San Pedro, el día 28. También tendremos actos por el Día del Cáncer de piel, que es el día 13, y esperamos que empiece pronto la terapia del Barco Dragón. Compartir vida tambien es importante.


Y es que, justo eso es lo que hacen en AZAYCA: compartir vida. En cada gesto, en cada actividad, en cada abrazo. Porque vivir, con todo lo que trae, también es celebrar. Y seguir adelante, juntos.