Así lo manifestó el consejero de Economía y Hacienda y portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, en declaraciones previas a la presentación estrategia extraordinaria integral de impulso a la internacionalización ante los miembros de las comisiones de Gobierno y de Economía de la Federación Regional de Municipios y Provincias de Castilla y León (Frmp-CyL).
Fernández Carriedo explicó que las empresas examinan las medidas que acordó la Junta en Consejo de Gobierno el pasado 3 de abril, pero, a la vez, están ante la expectativa de qué puede pasar al término del margen de 90 días -ha pasado el primer mes- dado por Trump en la negociación con Europa.
Por ello, confió en que “las decisiones definitivas” sean las que tengan “el menor impacto posible”, aunque recordó que ya hoy toda la Unión Europea tiene unos aranceles del diez por ciento para sus productos y también hay aranceles específicos adicionales sobre el sector del automóvil, el acero o sobre el aluminio, que son sectores donde la Comunidad tiene “un peso importante y que no podemos ignorar”, informa Ical.
A ello unió el diálogo con los sectores afectados, administraciones y partidos políticos para trabajar conjuntamente ante el reto de los aranceles y del impacto en el proteccionismo a nivel mundial, para que el impacto sea el menor posible.
En este punto, subrayó las reuniones conjuntas e individuales que se han mantenido y mantienen con las cámaras de comercio, la Asociación de la Empresa Familiar, los distintos clústeres, los sectores del automóvil, el agroalimentario, de bienes de equipo, de energías renovables, químico farmacéutico, pero también iniciativas y actividades muy concretas, ante el impacto en la exportación de vino o queso.
“Desde la prudencia y desde la expectativa de las decisiones definitivas que se puedan tomar, no estar parados, no estar quietos y, por tanto, desarrollar todo aquello que nos habíamos comprometido, estar en contacto con todos los agentes que tienen cuestiones que aportar e ir preparando las nuevas medidas que podamos tener encima de la mesa”, reseñó.
Fernández Carriedo subrayó que Estados Unidos es un mercado de 350 millones de consumidores con un alto poder adquisitivo al que la Junta de Castilla y León no puede ni quiere renunciar, ya que los productos de la Comunidad tienen peso e influencia."Sin perjuicio de abrir nuevos mercados, nosotros no queremos renunciar a tener presencia en el mercado de Estados Unidos", precisó.
No obstante, manifestó que está también la competitividad para que los productos de Castilla y León se produzcan en las mejores condiciones de calidad y de precio y, para ello, se trabaja no solo en su refuerzo, sino por elevar la imagen de marca de los productos para poder asumir en el mercado este incremento de precios que se puede derivar de los aranceles.
El consejero se refirió a las exportaciones que lidera la Comunidad con récord de ventas en 2024, con 21.212 millones, un 14,7 por ciento más, un saldo positivo de 5.000 millones y una tasa de cobertura de exportaciones sobre importaciones del 132 por ciento.
Como reseñó, Castilla y León exportó a Estados Unidos 620 millones de euros y también tuvo un superávit comercial frente al déficit que del conjunto de la nación y por esto “es un tema el de las exportaciones, el del comercio internacional que nos afecta especialmente”.
Por su parte, la presidenta de la Frmp-CyL, Ángeles Armisén, expresó la voluntad de los municipios a colaborar y ayudar al tejido industrial con los ahorros, pero subrayó que el Gobierno no les ha dicho aun en que pueden destinar el superávit, más allá de la amortización de la deuda.