El Gobierno calcula en una décima el impacto de los aranceles pero mantiene en el 2,6% el PIB de 2025 compensado por el consumo

El crecimiento de la economía el próximo año se estima en el 2,2%, el mismo porcentaje que en los próximos cuatro años.
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El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, estimó en una décima el impacto de la guerra arancelaria sobre el PIB español, pero se verá compensado con una décima de avance del consumo privado, por lo que la previsión de crecimiento de la economía española se mantiene en el 2,6 por ciento para 2025.

“No altera nuestra previsión de crecimiento, puesto que se verá compensada por una aportación mayor del consumo privado, que tira del buen comportamiento del empleo y buen comportamiento de los salarios”, detalló Cuerpo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros extraordinario.


Esa estimación de una décima de afectación se ha hecho teniendo en cuenta un mantenimiento de los aranceles del 20 por ciento por parte de Estados Unidos, que en este momento se encuentran pausados por la tregua de 90 días.


No obstante, el ministro reconoció que esta valoración es “preliminar” y recordó que el contexto sigue siendo de “incertidumbre”, un elemento difícil de incluir en unas previsiones.


Esta actualización del cuadro macroeconómico acompañará al primer Informe Anual de Situación de Medio Plazo que el Gobierno enviará a Bruselas en las próximas horas.


Crecimiento equilibrado

Las previsiones de crecimiento del PIB español siguen en el 2,6 por ciento para 2025 y en el 2,2 por ciento para el siguiente ejercicio, un porcentaje que también se estima para los próximos cuatro años.


Al margen de la compensación entre la décima perdida por los aranceles y ganada por el consumo privado, Cuerpo detalló que las previsiones del PIB se basan en el efecto arrastre dejado por el crecimiento del 3,2 por ciento de 2024 y por el 0,6 por ciento registrado en el primer trimestre de este año, además de las buenas cifras de empleo y afiliación.


“Se confirma el éxito de nuestro modelo de crecimiento equilibrado y su fortaleza en un entorno global complejo y marcado por tensiones”, recalcó Cuerpo en la rueda de prensa posterior a este Consejo de Ministros extraordinario.


En términos de empleo, Cuerpo señaló que la EPA del primer trimestre de 2025 confirmó que en el último año se había ganado “520.000 nuevos ocupados” en términos desestacionalizados. No obstante, esta primera EPA de 2025 reflejó un descenso de 92.500 ocupados.


Las proyecciones económicas del Gobierno estiman un promedio anual de 480.000 ocupados de media para los próximos cuatro años. Para este 2025, se fijó en 500.000 nuevos ocupados. Esto hará que la tasa de paro quede en el 10,3 por ciento este ejercicio y baje al 9,6 por ciento en 2026.


“Nos permite mantener el ritmo de reducción por debajo del nueve por ciento para 2028, con una cifra cercana al pleno empleo. Estaría a la altura de las cifras del boom de la construcción, pero ahora sin desequilibrios, sino creciendo de una manera estructural y permanente”, incidió el ministro.


El avance del empleo irá acompañado de una mejora del poder adquisitivo de los salarios. Cuerpo detalló que desde 2022, con el inicio de la guerra de Ucrania y la crisis inflacionaria, la renta real, una vez considerados de los efectos de los precios, repuntó un 8,7 por ciento, frente al 5,3 por ciento de Estados Unidos en el mismo periodo.


“Se consolida y se observa cómo no solo estamos asistiendo a una recuperación fuerte de la economía española, sino a la mejora del poder adquisitivo. Esperamos que se mantenga en los próximos años”, resaltó.


Economía sostiene que el factor principal detrás del crecimiento económico para 2025 y 2026 es la demanda interna, liderada por el consumo privado y la inversión.


El consumo privado estará impulsado por el empleo y el avance de los salarios, mientras que en la inversión el sector privado volverá a apostar por la reposición de los bienes de capital y por la inversión en la construcción y la construcción industrializada.


Cuentas públicas

El ministro de Economía también resaltó que este modelo de crecimiento equilibrado también está permitiendo afianzar el saneamiento de las cuentas públicas. El déficit público cerrará el año en el 2,5 por ciento del PIB, aunque ese porcentaje se elevará al 2,8 por ciento, incluyendo el impacto de la dana, por debajo del 3% en ambos casos.


Cuerpo explicó que una vez que se quiten de la ecuación los intereses de la deuda, España estaría en superávit presupuestario. Por su parte, la deuda pública se situará al cierre de este ejercicio en el 101,7 por ciento del PIB. “Mantenemos compromisos en materia presupuestaria”, señaló el ministro.