Premios CyL- Enrique Pascual: “Los atletas quieren venir a Soria porque encuentran un cambio en su actitud, en sus medios y situación”

El entrenador de medio fondo soriano cree que “ser número 1 siempre es imposible”, por lo que apuesta por “trabajar” para que sus pupilos “tengan la posibilidad de estar siempre ahí”.
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Enrique Pascual Oliva (Brías, Soria, 67 años) siempre estuvo ahí. Es un histórico del deporte soriano. Siempre defensor de su tierra, también reivindicativo de este territorio. Quizás, ese esfuerzo, ilusión y trabajo firme le ha capacitado para ser uno de los mejores en su terreno, entrenador de atletismo de medio fondo, pero siempre en su casa. “Los atletas quieren venir a Soria porque encuentran un cambio en su actitud, en sus medios y situación”, afirma. En esta entrevista a Ical, el Premio Castilla y León del Deporte disecciona los pormenores de su trabajo y su vida, ahora ya jubilado, dos décadas después de que Abel Antón y Fermín Cacho, dos de sus alumnos más aventajados, obtuvieran este galardón durante su época dorada.


Actualmente, mantiene encendida la llama de la competición con varios atletas que han elegido vivir en Soria para estar a sus órdenes. Es el caso de los atletas portugueses Isaac Nader, cuarto en el reciente Mundial en pista cubierta de Niang (China), donde repitió la posición del año pasado en Glasgow (Escocia) y Salomé Afonso, o el mediofondista español Yahya Aouina, de 28 años.


Con la perspectiva de estos años como entrenador de atletismo, ¿se arrepiente de algo o mejoraría algo de lo realizado?

No puedes decir que no mejorarías cosas, seguro que las hay. Arrepentirme no, de nada. Las circunstancias en cada momento son las que son y con los datos que tienes, decides. ¿Que se podían haber mejorado cosas? Siempre, sobre todo a nivel de apoyos, ayuda de otros departamentos, secciones... Por ejemplo, tener un buen fisioterapeuta que te ayude, a veces no lo hemos tenido. O que en un momento dado puedas ayudar más a tus atletas con las nuevas tecnologías...

¿Por qué tantos atletas quieren viajar a Soria a entrenar con Enrique Pascual?

Supongo que quieren venir algunos porque encuentran un cambio en su actitud, en sus medios y situación. Siempre les digo a los que vienen que cómo están en tu casa, si están a gusto con sus entrenadores y en las instalaciones adecuadas. Si estás bien, les recomiendo no moverse. Si viene aquí es alguien que tiene problemas de un tipo u otro, que no tiene condiciones adecuadas y no encuentra el equilibrio para mejorar una situación evidente. Esa razón puede ser familiar, deportiva, que te ha dejado la novia, el novio, no va bien en los estudios…, algo le falla. Si estás a gusto con todo eso no tiene sentido cambiar.

¿Pero por qué Soria?

Yo creo que la ciudad tiene que ver un poquito, pero no tanto. Realmente las condiciones para entrenar en Soria son maravillosas. Está bien y es estupendo. Cuando vienen todo lo tienen cerca, buenas instalaciones, campos para entrenamiento. Pero al final, uno se mueve porque hay un grupo y alguien que lo gestiona, con su trayectoria y medios.

Si algo define a Enrique Pascual es el trabajo y la ilusión que transmite, ¿qué les ofrece a los deportistas que no encuentran en otros lugares?

Les ofrecemos trabajo, porque realmente las condiciones y los cambios en la ciudad no han sido demasiados de hace 15-20 años a ahora. Me gustaría que hubiera más, pero se requieren inversiones a nivel deportivo, con todo lo que entraña, de alto nivel. A mi me gustaría tener un centro de alto rendimiento como el de León, que podría atraer más jóvenes y estarían mejor atendidos.

¿Qué momento de su dilatada carrera recuerda con más cariño? ¿Y aquel en el que se dio cuenta de que un gran esfuerzo había merecido la pena?

En los momentos álgidos de los resultados todo es positivo. La cumbre fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1994. Como entrenador y atleta el objetivo es ir siempre a las Olimpiadas, pero para otros el objetivo no es ir, es ganar. Cuando consigues eso, lo tienes todo. Desde entonces hemos tenido alguna plata, oros en mundiales y niveles muy altos. Ser número 1 siempre es imposible. Lo importante es estar en la posibilidad de serlo, porque si eres cuarto es una faena total; te quedas pegadito a las medallas, pero sin embargo estás fuera y nadie se acuerda de ti.

Afirma que trabaja para que sus atletas se posicionen para ganar, ¿se siente satisfecho con los resultados en París 2024?

No, no me siento satisfecho. En Maratón, Ibrahim Chakir se estrenaba en una Olimpiada y le valía estar, pero no es lo que yo intento transmitir. Debería haber quedado mejor (fue trigésimo segundo, pero consiguió la segunda mejor marca de la historia del maratón olímpico español). En los 10.000 metros, Abdessamad Oukhelfen “tampoco lo hizo bien”; y en cuanto a Salomé Afonso “lo hizo aceptablemente y bajó de los cuatro minutos para mejorar su marca, e hizo su primer buen rendimiento después de entrenar en Soria. Pero pudo quedar más adelante incluso, aunque era un salto más importante. E Isaac Nader debió estar más adelante. Analizando los problemas entiendo donde estaban, pero no fuimos capaces de resolverlos. Por eso, a veces, esos puntos de ayuda que habitualmente no tenemos, hace que a veces que no llegues. Estuvimos lejos.

¿Cómo afronta cada día un entrenador que ha ganado casi todo en las disciplinas que maneja?

Hace mucho tiempo que me dedico a entrenar. Mi objetivo es ayudar a quien quiera ser ayudado. Si estás en el puesto 27, le ayudas para estar en el 14, y si está en el 5, lo intentas hacer para que dispute las medallas. Ganar es bonito, pero lo importante es el proceso. Llevar a los atletas hacia su mejor rendimiento posible. Es trabajo, pero también es tener condiciones, suerte y muchas circunstancias que te hacen estar o no el primero.

Por último, ¿qué es más fácil, gestionar las victorias o las derrotas?

Siempre las derrotas son más difíciles de gestionar. Al final, para el entrenador es derrota, porque llevas a cuatro atletas y a uno le sale perfecto y estás contento, pero tienes que estar con el que no ha ganado y le ha salido mal. Nunca tienes la felicidad completa. Por ejemplo, Isaac Nader quedó cuarto en el último Mundial, un resultado que es bueno, pero parece que has perdido.