Entrevista a la presidenta del Colegio de Veterinarios de Zamora “La nueva normativa no nos deja prescribir en función de nuestro criterio científico”

“La nueva normativa no nos deja prescribir en función de nuestro criterio científico”
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Laguna



Elena Laguno Crespo (Zamora, 1978) es la presidenta del Colegio de Veterinarios de Zamora, secretaria del Consejo Autonómico de Veterinarios de Castilla y León y ejerce de inspectora de Sanidad como veterinaria oficial de la Junta, además de acumular una amplia experiencia como veterinaria de pequeños animales, inspectora en mataderos y veterinaria clínica en Londres (Gran Bretaña) y docente en cursos de Bienestar Animal y de Seguridad Alimentaria. En una entrevista a Ical explica los problemas que conlleva la aplicación de la nueva normativa por lo que veterinarios de toda España se están concentrando. Considera que puede perjudicar el ejercicio de su profesión, como para el bienestar animal y la salud humana.


¿Por qué toda la profesión ha puesto el grito en el cielo ante esa normativa?


Porque, con el Real Decreto 666/2023 de 18 de julio no nos dejan prescribir en función de nuestro criterio científico, o sea, por evidencias científicas. Tenemos un ejemplo en la Cystoisospora en perros. Según este Real Decreto, te tienes que ajustar a la ficha técnica. Hay dos medicamentos para Cystoisospora para perros. Buscas alguno en España con ficha técnica en la que ponga para gatos y no lo hay. Como hay que ceñirse a la ficha técnica, entonces, ya no tenemos medicación. Se me complica el caso y se me puede morir el gato. Ahí, ya podría decir el ministro Planas que se convierte en prescripción excepcional porque te sales de la ficha técnica. Pero ¿cuántos días has perdido en ese proceso? Vamos directamente al ordenador y vemos que no hay ningún medicamento para esta enfermedad. Nos vamos a prescribir el de perros pero ya nos lo consideran como una prescripción excepcional. Y si no lo haces así, te expones a una sanción. En este caso, sería poner una cruz en prescripción excepcional y, si no la pones, sería un error. Más de dos errores en un mismo año daban lugar a una sanción de 1,2 millones de euros. Afortunadamente, tras nuestras protestas, se ha disminuido la cuantía.


O sea, que el veterinario ya tiene miedo a prescribir directamente lo que sabe que funciona porque se expone a duras sanciones.


Exactamente. Tienes que poner con detalle la prescripción en Presvet, que es una plataforma estatal del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Mira, los datos de una receta para animales son la identificación del animal y del propietario, nombre del medicamento, principio activo, forma farmacéutica, concentración del principio activo,  diagnóstico,  vía de administración y posología y, dentro de los datos del veterinario, en esa misma receta tiene que aparecer número de colegiado, dirección, teléfono, correo electrónica y fecha. 


Aparecen menos datos en una receta para una persona.


Efectivamente. En la receta humana solo es obligatorio el nombre del medicamento registrado, la posología, la fecha de inicio y la fecha del fin de tratamiento, el nombre y número de colegiado. La diferencia es que no es obligatorio incluir la receta humana en ninguna plataforma pero a nosotros nos obligan a hacerlo.


¿Cómo se toman los dueños de las mascotas esta problemática?


Todo esto dificulta el trabajo del veterinario, además de cabrear a los dueños de los animales. El animal necesita un medicamento y nosotros le podemos ceder solo parte del tratamiento.  Por ejemplo, catorce pastillas, pues te las llevas para tu casa y se las das. El problema es que, para ciertos medicamentos, el dueño va a la farmacia, no lo encuentra y viene enfadado. ¿Qué me has mandado, que no lo tienen las farmacias? ¿Cómo va a tener la farmacia de todo? Y, luego, el problema de la acumulación. Por ejemplo, la doxiciclina, para ciertas enfermedades respiratorias, como la tos de las perreras, viene en envases de cien comprimidos, cuando solo hace falta el diez por ciento para el tratamiento. ¿Qué hace el dueño con el resto? Como es consciente de la dificultad añadida que tiene un veterinario para prescribir, se lo guardará para otra vez o para el vecino.


¿Hay más riesgo de prescribir mal por temor a la nueva normativa?


Pues puede ser. El veterinario, bajo su código deontológico, ha de prescribir con responsabilidad, sin conflictos de intereses, justo la cantidad para un tratamiento. Nosotros somos los primeros que tenemos que ver el animal para poder prescribir. No se trata de recetar antibióticos a diestro y siniestro. Se nos prohíbe la venta de medicamentos del cuarto canal, por ejemplo, antiparasitarios, que tendrían que estar bajo el cuidado de los veterinarios. ¿Por qué? Vamos a hablar de una permetrina, un antiparasitario fabuloso para el perro. Y ¿qué hacemos con el gato? Una intoxicación. ¿Eso quién lo sabe? El veterinario. En pequeños animales, si vamos a la cascada de antibióticos, la D, la C, la B y la A, tenemos en la D solo dos antibióticos inyectables.  Y, de esos dos, solo uno tiene una presentación vía oral. Si nos vamos al grupo C, solo tres. Y, en el grupo B, solo dos inyectables. Con eso, vamos a decir, irónicamente, que son la panacea para tratar todas las enfermedades.


De los 350 veterinarios de Zamora, ¿cuántas quejas recibe el Colegio como resultado de ese decreto?


Hay más miedo que quejas. Antes de todo esto, el veterinario, cuando desarrollaba el método de captura, esterilización y suelta de ejemplares de las colonias felinas, ponía  una inyección de un antibiótico que dura casi dos semanas pero, ahora, no pone ninguno porque te vas al artículo 33 del Real Decreto y te dice que no se puede poner un antibiótico de forma profiláctica, que tiene que estar justificado si hay mucho riesgo de infección. Claro, si yo esterilizo cien gatos en mi clínica y subo a la plataforma que he puesto cien veces ese antibiótico muy duradero, me pueden cuestionar el riesgo de infección. Hemos hecho una consulta a la organización colegial y la haremos también a la Junta de Castilla y León para ver si nos amparan con una nota aclaratoria sobre si se nos permite utilizar este tipo de antibiótico. 


Los profesionales de la Veterinaria dicen que el Real Decreto entra en conflicto con normas fundamentales. 


Sí. Por ejemplo, la Ley 44/2003 de ordenación de profesiones sanitarias dice que ‘los veterinarios desempeñan un papel fundamental en la salud y el bienestar de los animales y que una parte esencial es el manejo, prescripción y suministro de medicamentos veterinarios. Los veterinarios deberán mantener un conocimiento actualizado de las mejores prácticas relacionado con los medicamentos veterinarios’. Leo esto tal cual porque se supone que el Real Decreto anula nuestro criterio científico. La Ley nos obliga a estar siempre con un conocimiento actualizado de los medicamentos veterinarios, porque todo va progresando. Más de la mitad de nuestra formación corresponde a Farmacología, Toxicología, Ciencias Clínicas y Sanidad Animal. Cuando ponemos un tratamiento, sabemos a qué nos atenemos. Una persona puede estudiar Farmacología, sí, pero necesita saber de Sanidad Animal. Te pongo un ejemplo. Dexmedetomidina, solo 0,5 mililitros. Puede sedar a un perro pero puede matar a un caballo. Por eso, es muy importante que se nos escuche a los veterinarios porque nosotros sabemos de lo que estamos hablando. Si vamos al principio activo de la detomidina, necesitamos una cantidad diez veces superior para un caballo que para una vaca, aunque pesen exactamente lo mismo. 


¿Cómo lo llevan quienes gestionan explotaciones ganaderas?


Buf. Los ganaderos y los veterinarios de grandes animales fueron los primeros que protestaron por el Real Decreto porque, cuando lo elaboraron, no contaron con los veterinarios. Cuando salió el borrador, la organización colegial veterinaria presentó más de 50 alegaciones y no nos hicieron caso. Fueron los protestas de los ganaderos y de los veterinarios de grandes animales. 


¿Tiene arreglo esta situación?


Pues no parece que nadie vaya a modificar la normativa apoyándose en lo que decimos los profesionales. Es que ni el ministro muestra intenciones de dialogar. Los 52 presidentes de los veterinarios pensamos igual y eso es algo que no se ve fácilmente pero el ministro, de momento, no hace nada al respecto. Esperemos que dé su brazo a torcer.


¿Cuál es la principal petición de los veterinarios?


Que modifiquen el Real Decreto y que nos dejen prescribir bajo nuestro criterio científico, nuestro criterio clínico y la evidencia científica. Dicen que no, que debemos ajustarnos a la ficha técnica y seguir una cascada de prescripción, según la clase de antibiótico. Fíjate, estamos hablando de 15.523 medicamentos de humana. ¿Sabes cuántos hay de veterinaria? 2.396. Si nos vamos a los principios activos de humana, hay 2.630 y de veterinaria, menos de la mitad, 1.087. El número de presentaciones farmacológicas, en humana, es de 32.791, mientras que, en veterinaria, hay 4.602. Estamos hablando de un montón de especies, cada una, con sus peculiaridades. Claro, perros, gatos, caballos, canarios, iguanas, cobayas... 


¿Dónde está, entonces, el beneficio del Real Decreto?


No lo sabemos. Más que beneficio, hay una gran probabilidad de perjuicio. Habrá menos bienestar animal porque el animal sufre si tú no le das el tratamiento adecuado, si tienes que esperar una o dos semanas a tener los resultados del antibiograma. Entonces, vas en contra del bienestar animal, vas en contra de la salud animal y, por ende, de la salud humana.


¿Por qué no ha cuajado en España la idea de ‘One health’?


Tampoco lo sabemos. Por ejemplo, España y Italia son los dos únicos países en los que solo y exclusivamente la farmacia sí que puede dispensar pero el veterinario, no. Entonces, el veterinario puede hacer el tratamiento completo al animal pero solo al inicio. ‘One health’ significa ‘Una salud’ pero no hemos conseguido que se nos considere parte importante de todo el entramado sanitario nacional.


¿Las trabas por la nueva normativa son el principal problema de la profesión en la actualidad?


Es un problema muy importante, aunque también lo es, como ya hemos dicho, que no se nos reconoce como sanitarios, que se impone el 21 por ciento de IVA, como si fuera un producto de lujo, sin tener en cuenta lo importante que es esta profesión para la sociedad. El Gobierno de España tendría que reconocer que las clínicas veterinarias son centros sanitarios porque allí se detecta qué animales tienen enfermedades zoonósicas.


Si tuviera Luis Planas aquí, delante de usted, ¿qué le diría?


Que se deje asesorar por la organización colegial, es decir, por profesionales.