A raíz de la recepción en Comisaría de las citadas denuncias, los policías encargados de su investigación lograron identificar a la presunta autora, ahora en busca y captura, de al menos cuatro hechos cometidos siguiendo este procedimiento y con los que logró en tres de ellos arrebatar dos cadenas de oro y un reloj a personas mayores a las que abordaba en la misma vía pública de la ciudad.
Del mismo modo, el atestado policial -cuyos resultados ya están a disposición del Juzgado de Instrucción competente- demuestra la existencia de un grupo organizado, pues esta joven, que cuenta con más de una decena de antecedentes policiales, no reside en la ciudad y no actúa sola, sino que cuenta con la ayuda de uno o más cómplices que de forma itinerante y de manera coordinada efectúan tareas de señalamiento de potenciales víctimas, contravigilancia y apoyo a la huida.
Según explican, la técnica es utilizada por mujeres jóvenes, que abordar a personas de avanzada edad y consiguen sustraerles relojes, pulseras, collares y otros complementos de valor. Preocupa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el perfil de estas personas, pues son elegidas en virtud de una mayor facilidad para abusar de su confianza, en la certeza de que en la mayoría de las ocasiones, debido a su estado físico o psicológico, su capacidad de defensa o resistencia al delito es pobre o inexistente.
Señalan así que es especialmente “indignante” el empleo del engaño -y de la propia violencia cuando alguna de ellas se resiste al hurto-, pero es que además se trata en ocasiones de la sustracción de piezas de un importante valor no solo material, como pueden ser collares o pulseras de oro, sino también sentimental.