La Junta insiste en incrementar la capacidad de regulación y la CHD responde que “se puede perder la garantía para los regadíos existentes”

El presidente de Acor y su homólogo en la Asociación de Regantes de Aguas Subterráneas exigen “no abandonar” al sector: “Es ridículo desvestir un santo para vestir otro”.
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Regadío campo


La Junta de Castilla y León insistió hoy en la necesidad de incrementar la capacidad de regulación de agua para regadío en la Comunidad, competencia que corresponde a la Confederación Hidrográfica del Duero, que respondió que, con ese aumento, “se puede perder la garantía” de agua para los regadíos ya existentes.


Las posturas antagónicas fueron defendidas por el director general del Instituto Tecnológico Agrario de la Comunidad (Itacyl), Rafael Sáez, y por el jefe de la oficina de planificación hidrológica de la CHD, Ángel González, durante la celebración de la mesa redonda ‘Por una gestión sostenible del agua en la agricultura’, que se llevó a cabo en la Feria de Valladolid.


Durante su intervención, Sáez recordó que la “postura conocida” de la Consejería de Agricultura de la Junta es “no renunciar a incrementar la superficie de regadío” en Castilla y León, lo que implica un aumento de la capacidad de regulación que depende de la CHD. “No hay que parar, hay que seguir planificando y regulando”, concretó Sáez, recordando que “se puede tardar mucho en desarrollar una actuación” de aumento de la regulación, como demuestran las cuatro actuaciones contempladas en el Plan Hidrológico aprobado el pasado año por la CHD, y que ya se incluían en anteriores planes, pero en las que todavía no han comenzado las obras.


“Tenemos que seguir incrementando la planificación de las regulaciones para poderlas hacer”, defendió Sáez, pese a que “no se puedan hacer en este periodo”, dado que “si no están incluidas en el Plan Hidrológico, significa no avanzar en la planificación y que no se harán nunca, cuando son absolutamente necesarias como garantía no solo para el regadío, sino para la actividad socioeconómica de la región”.

Sin embargo, en declaraciones recogidas por Ical, el técnico de la CHD replicó defendiendo que el organismo de cuenca “tiene que ceñirse a su marco de trabajo”, expresado en un Plan Hidrológico que las regulaciones que contempla son “para garantizar los usos existentes” del agua con un doble objetivo: “agotar la gestión de la demanda en la medida de lo posible, y reforzar la oferta donde realmente haya problemas en los regadíos actuales”.


De hecho, recordó la cifra de 7.500 hectómetros cúbicos de capacidad de la cuenca, casi dos tercios del total, a los que hay que restar “los compromisos con Portugal” y los caudales ecológicos. “No sé si nos queda mucho más de lo que tirar”, confesó, por lo que, aún reconociendo que “las nuevas regulaciones son necesarias”, señaló que “es un esquema de trabajo arriesgado” porque aumentar la capacidad de regulación puede suponer “un caramelo envenenado” al conllevar “un aumento de la demanda que luego no podamos atender”.


Por ello, concluyó que “la petición de regulación debe ir de la mano con la capacidad de la cuenca de responder a esa demanda”, para que el aumento de la regulación no signifique una “pérdida de garantía” para los regadíos existentes, que ahora “sí la tienen”.


No abandonar las CUAS

No obstante, Sáez y González no fueron los únicos que participaron en esta mesa redonda. Así, y con respecto a la regulación, tanto el presidente de Acor, Jesús Posadas, como su homólogo en la Asociación de Regantes de Aguas Subterráneas de Castilla y León, Armando Caballero, pidieron “no abandonar” a este último colectivo a través de los nuevos regadíos de aguas superficiales bajo la premisa de que “es ridículo desvestir un santo para vestir otro”.


“Somos los grandes olvidados”, apuntó Caballero, que pidió a las dos administraciones presentes, Itacyl y CHD, reuniones conjuntas para “transmitir las peticiones” de un colectivo que se asocia ahora a través de las Comunidades de Usuarios de Aguas Subterráneas como una “herramienta muy válida para utilizar las concesiones, rotar y no sembrar siempre el mismo cultivo en el mismo sitio”. Y es que estos regantes son “eficientes no por naturaleza, sino por necesidad”.


Precisamente el jefe de la oficina de planificación hidrológica de la CHD, Ángel González, defendió a la cuenca del Duero como “pionera” en la constitución voluntaria de las CUAS “en un ámbito donde los recursos subterráneos son limitados”, dando “solución” al uso del agua a través de un “procedimiento complejo”, dado que supone “poner de acuerdo a mucha gente y control” para lograr un uso eficiente del agua.


Uso eficiente del agua

Precisamente, ese uso sostenible de los recursos hidrológicos marcó la jornada organizada por Acor, cuyo presidente calificó el agua como “estratégica y fundamental”, defendiendo el “compromiso” de los socios de la compañía azucarera en el uso “reducido” de los recursos hídricos para las plantaciones de remolachas porque “sino, al agricultor le cuesta en la cuenta de resultados”.


Además, en el lado industrial del proceso de conversión de la remolacha en azúcar, Posadas también aseguró que Acor pone en marcha diferentes iniciativas, como el punto cero, que arroja cifras de un ahorro cercano en el uso del agua del 30 por ciento, porque “el agua que tenemos es la que es, y con ella tenemos que seguir creciendo”.


También Itacyl trabaja en esa eficiencia en el uso de los recursos hídricos, según apuntó su director general, Rafael Sáez, a través tanto de la mejora de infraestructuras, como de los nuevos regadíos y del impulso tecnológico como “clave de futuro”, a través de herramientas informáticas y de la agricultura de precisión para “gestionar el agua de manera correcta”.


Más aún ante una aceleración del cambio climático que también requiere “la adaptación de cultivos y variedades” para que sean “menos demandantes de recursos hídricos” y que el agua usada lo sea “de la manera más óptima”. Porque, como señaló el técnico de la CHD, “no se puede extender más el brazo que la manga”, motivo del “frenazo” a las posibilidades de nuevas demandas de agua en la cuenca. Y es que, como concluyó Jesús Posadas, presidente de Acor, “igual no tenemos que seguir haciendo siempre lo mismo”.